Monterrey, Nuevo León. «Debemos aspirar a convertirnos en comunidades singulares que crecen a partir de la diferencia», manifestó el Doctor Antonio Lafuente, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España en su conferencia magistral «Procomún para principiantes, que ofreció hoy CONARTE a través de Facebook Live.
«Comunidad singular, es aquella en la que todos quienes pertenecen a ella tienen algo en común, que no es esa obstinada por definir el dentro y afuera de la comunidad, es una comunidad donde para participar en ella no tienes que sacar un carnet, no hay que participar de una ideología, pensar o sentir como el resto de sus miembros; su potencia, su fortaleza, nacen del hecho de que todos los que pertenecen a ella, pueden ser diferencia, y esta se convierte en el principal activo de la sociedad».
«Son comunidades», apuntó, «que cuando alguien más distinto todavía, se suma a ella, en vez de que se sienta amenazada por la diferencia, se siente robustecida, porque cada vez que se incorpora algún distinto, ganan fortaleza, porque incorporan más sensibilidades, más puntos de vista, y las maneras de estar en el mundo, así que su principal logro es crecer a partir de la diferencia».
Dicha conferencia se ofreció como parte de las actividades del LABNL, Laboratorio Cultural Ciudadano, proyecto que impulsa CONARTE y que tendrá como sede el Antiguo Palacio Federal.
Lafuente abordó, entre otros temas, el reduccionismo de lo público.
«También está la heterogeneidad de lo común. Lo común no es el mundo de lo perfecto, de la paz, no es un Arcadia primitiva y maravillosa, es un mundo lleno de conflictos, abierto, elusivo, sucio, imperfecto, hibrido, tácito», expuso.
«Y la relación entre ciudadanos y amateurs. Si la figura del ciudadano es como una especie de interface que ha inventado el Estado para tratarnos a todo el mundo por igual, es un constructo idealizado; lo amateur es a lo común, como lo ciudadano sería a lo público, de manera que lo amateur, en estos aficionados que están en la ciencia, en los laboratorios, (lo hacen) por el amor a los demás, y al conocimiento, lejos de la mercantilización de esos saberes».
«Encontramos a un sector histórico que, a mi juicio, ha sido muy maltratado en nuestras obras de historia, como le ha pasado a otros colectivos, como le ha pasado a las mujeres que han sido las grandes perdedoras de la historia, uno va a los libros de historia y apenas aparecen, como tampoco aparecen los amateurs», señaló al definir a los aficionados como elementos sustanciales en la construcción del mundo hasta hoy día.
Antonio Lafuente (Granada, España)
Es doctor en ciencias físicas y trabaja en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC, Madrid). Ha publicado dos docenas de libros y más de 100 artículos o capítulos de libro, muchos de ellos en revistas o publicaciones internacionales.
Ha dirigido colecciones editoriales sobre ciencia y, entre sus libros hay que Los caballeros del punto fijo (1987), Mundialización de la ciencia y cultura nacional (1992), Ciencia colonial en América (1996), Guía del Madrid Científico: ciencia y corte (1998), El carnaval de la tecnociencia (2007), Las dos orillas de la ciencia (2012) y ¡Todos sabios! (2013).
Tras muchos años explorando cómo ciencia e imperio se coproducen o cómo la ciencia no puede sobrevivir sin sus públicos, ahora está más interesado en la escala urbana de la ciencia y, en particular, por las prácticas asociadas a las nociones de procomún, prototipo, laboratorio ciudadano y ciencia abierta.
Fue coordinador del Laboratorio del Procomún entre 2007 y 2017 (MediaLab-Prado, Madrid).
Actualmente coordina la web La Aventura de Aprender, una plataforma en la que se sostiene que los movimientos sociales y colectivos ciudadanos, entendidos como comunidades de aprendizaje que articulan demandas locales, deben ser parte del sistema educativo.
Video de la transmisión en Facebook: https://www.facebook.com/conartenl/videos/737559000171879