El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró este jueves el estado de emergencia por el vertido de 21.000 toneladas de petróleo diésel en un río de la ciudad siberiana de Norilsk, en el Ártico.
Asimismo, el carburante alcanzó los ríos Ambárnaya y Daldikán, que ya estaban muy contaminados por otros vertidos anteriores de la industria del níquel. Ahora el agua de estos dos ríos tienen el agua teñida de color púrpura.
El derrame se produjo el pasado viernes a causa de un accidente en la central termoeléctrica de Norilsk y podría ser el mayor vertido registrado en la historia en la zona del Ártico ruso.
El gobernador regional de Krasnoyarsk, Alexander Uss, dijo en la reunión que solo se dio cuenta de la situación el domingo después de que «apareció información alarmante en las redes sociales». Otros funcionarios se hicieron eco de su afirmación.
En este sentido, el presidente ha criticado a las autoridades locales de la región de Krasnoyarsk por dar una respuesta «tardía» al derrame y ha insistido en que esto ha provocado la indignación de las autoridades a nivel federal, que se enteraron del suceso a través de las redes sociales.
A pesar de que el derrame tuvo lugar el 29 de mayo cuando se produjo la pérdida de contención del tanque de combustible de la planta, el Ministerio de Emergencias no supo del incidente hasta el 31 de mayo.
La compañía metalúrgica Nornickel, dijo en un comunicado que notificó a las autoridades de manera oportuna y que la causa del accidente fue una ruptura en un gran tanque de almacenamiento de diesel en una planta de energía subsidiaria.
Hasta esta mañana del 5 de junio se instalaron nueve barreras flotantes en dos ríos locales: Ambárnaya y Piásina.
Por su parte, el Ministerio de Emergencias de Rusia dio por controlada la extensión de la mancha en el lugar de una avería en Norilsk y evaluó en más de 200 toneladas la cantidad de combustible diésel recuperada hasta ahora.
También se esparcieron materiales absorbentes en una superficie de más de cuatro mil cuadrados para contener la marea de color roja-púrpura.
El titular de Energía, Alexandr Nóvak, resaltó que empresas del sector están enviando al lugar las brigadas móviles que disponen de los equipos y la experiencia necesaria para mitigar los desastres.
Aunado a esto, la compañía Nornickel aseguró que las tareas de limpieza del río tomarán dos semanas si el tiempo lo permite, y se gastará más de 145 millones de dólares para paliar el daño causado al medioambiente.