Los tiroteos en Estados Unidos no dan tregua. Este jueves, un hombre armado entró a una fábrica de maquinaria de construcción en la localidad de Smithsburg, en el oeste de Maryland, y causó la muerte de cuatro personas y dejó múltiples heridos.

El gobernador Larry Hogan, informó que el tiroteo tuvo lugar a las 14:30 horas y dijo desconocer si el sospechoso se encuentra con vida. Pero, en su página de Facebook, la oficina del sheriff del condado de Washington, donde se encuentra Smithsburg, aseguró que el sospechoso “ya no es una amenaza para la comunidad”.

Hogan explicó que se produjo una persecución policial durante la cual el sospechoso disparó a un agente en el hombro, tras lo cual recibió un balazo en la espalda.

Este nuevo tiroteo tiene lugar en un momento en que el debate sobre el control de las armas de fuego ha vuelto a ocupar la primera línea en Estados Unidos, después de los trágicos tiroteos masivos en un supermercado de Buffalo en Nueva York y en un colegio de Uvalde, Texas, con un resultado conjunto de 31 muertes.

En este último fallecieron 19 niños —la mayoría de 10 años— y dos maestras.

Unas horas antes, este mismo jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de una iniciativa legislativa que permite activar un procedimiento legal para confiscar armas de fuego a personas que puedan representar un peligro para otros o para ellas mismas.

La medida, que ahora deberá ser votada en el Senado, se aprobó con el apoyo de 224 congresistas —en su inmensa mayoría del Partido Demócrata— y con el voto en contra de 202 parlamentarios —prácticamente todos del Partido Republicano—.