Tras ser ordenado sacerdote fue misionero de la orden de San Agustín en Perú, en 1985, para regresar después en 1988 para dirigir el seminario agustiniano de la ciudad norteña de Trujillo durante 10 años.
Licenciado en Ciencias Matemáticas, en 2014 volvió al país como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo y luego fue obispo de esa localidad del norte peruano.
Para cumplir uno de los concordatos entre la Santa Sede y Perú, se se nacionalizo en ese país. Domina el italiano, el latín y el francés, además del español.
También formó parte de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) entre 2018 y 2023, de la que fue vicepresidente segundo, y fue administrador apostólico del Callao, la provincia portuaria anexa a Lima, entre 2020 y 2021.
Prevost, considerado un misionero, es reconocido por los jerarcas católicos por su discreción y capacidad de escucha. Pero también es un conocedor de los temas migratorios, lo que puede ayudar, en momentos en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene una agenda antiinmigrante.
