La causa del internamiento es una infección polibacteriana que provoca un cuadro clínico complejo, informó el vocero de el Vaticano, Matteo Bruni.
Sin precisar el tiempo de estancia en el hospital, Bruni dijo que será el adecuado para tratar la complejidad de los síntomas, pero afirmó que no hay motivo de alarma.
La infección del Pontífice ya le ha mantenido alejado más tiempo que una hospitalización por neumonía en 2023 y ha puesto en duda los compromisos de su agenda pública.
Bruni indicó previamente que el Papa desayunó y leyó los periódicos por la mañana, y continuaba con sus tratamientos farmacológicos no especificados.
Francisco fue admitido en el hospital Gemelli de Roma en «estado regular» el viernes, después de que una bronquitis con la que llevaba una semana empeorara. Los médicos confirmaron una infección del tracto respiratorio y prescribieron «reposo absoluto» junto con terapias farmacológicas no especificadas. Reportes posteriores indicaron que su leve fiebre había desaparecido y que se encontraba en «estado estable».
El Papa argentino, quien se sometió a la extirpación de parte de un pulmón tras una infección pulmonar en su juventud, es conocido por ser un adicto al trabajo que mantiene un ritmo agotador a pesar de su salud cada vez más precaria.
Cuando tuvo un grave caso de neumonía en 2023, salió después de tres días y solo reconoció más tarde que había sido admitido de urgencia tras sentirse débil y experimentar un dolor agudo en el pecho. En esa ocasión, insistió en completar sus audiencias matutinas el viernes antes de abandonar el Vaticano, a pesar de que tenía dificultades para hablar durante mucho tiempo debido a la falta de aliento.
La Santa Sede solo ha confirmado las citas canceladas hasta este lunes.
Ayer, siguió la misa por televisión, sin poder pronunciar su tradicional oración del Ángelus desde el balcón de la Plaza San Pedro de Roma. El Vaticano comunicó por la tarde que su estado clínico era «estable».
Según medios de comunicación italianos, Francisco ha mantenido desde su habitación de hospital sus llamadas telefónicas diarias a la parroquia de Gaza.
La hospitalización del Pontífice, la cuarta en menos de cuatro años, relanzó las dudas sobre su frágil salud, especialmente dado que el 2025 es un año jubilar para la Iglesia católica, lo que implica una larga lista de eventos, muchos de ellos presididos por el Papa.
A mediados de enero, Jorge Bergoglio apareció con el brazo en un cabestrillo tras una caída en su residencia. En diciembre, apareció con un gran hematoma en la barbilla después de haberse golpeado contra su mesilla de noche.
A pesar de sus problemas de salud, entre ellos de cadera y dolores en la rodilla que le obligan a ir en silla de ruedas, el Papa ha mantenido su cargada agenda y declaró que no tenía intención de bajar el ritmo.
Información Vatican News, agencias