Monterrey, N.L.– “Notables mujeres cantantes, pianistas y compositoras han enriquecido la historia de la música”, manifestó la noche del martes el Maestro Ricardo Marcos, presidente de CONARTE en su conferencia Las Mujeres y la Música, que ofreció en el marco del Homenaje a Defensoras de Derechos Humanos en el Paseo de la Mujer Mexicana y dentro de las actividades del Festival Internacional de Santa Lucía.
“Entre las grandes cantantes y pianistas están: María Malibrán en el siglo 19, y en el siglo 20 destaca María Callas, o Renata Tebaldi, otra de las grandes cantantes de ese siglo, además de Ana Netrebko, ícono de la ópera, y las pianistas Martha Argerich, argentina y Alicia de Larrocha, española”, expresó.
Quizá donde no hemos visto la labor y el trabajo de la mujer es en la composición, a lo mejor desde un punto de vista tradicional. Ha habido grandes compositoras y necesitamos tener la voluntad de conocerlas y escuchar su música.
Dicha conferencia aderezó el concierto que minutos después ofreció el Dúo Kamos, integrado por la maestra Temenuzhka Ostreva, chelista principal de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Nargiza Kamilova, maestra de piano de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, quienes interpretaron obras de destacadas de mujeres compositoras.
“Ya desde la época medieval, Hildegarda de Bingen, una monja, ya había creado un grupo musical en su convento y realizó algunas de las primeras composiciones que se tienen registradas y antes que muchos otros compositores”, manifestó Marcos González.
Después, en la época barroca, añadió, muchas compositoras surgen y escriben canciones, algunas para ser interpretadas con voz y laúd.
“Así que es importante que vemos la labor de la mujer es de gran relevancia en el campo de la música”, señaló.
Las mujeres compositoras
La primera obra, la Sonata para cello opus 46 de Louise Farrenc, compositora francesa del romanticismo. Ella estuvo vigente de 1830 hasta 1870, esta es la obra número 46 de las que fueron publicadas. Ese no es ningún número menor.
Lo interesante de Farrenc, apuntó, es que venía de una familia de artistas; su padre era escultor, su madre tenía grandes dotes artísticas y uno de sus hermanos era un importante escultor en la Francia en el siglo 19, por lo tanto, era normal para la familia, que ella se dedicara a las artes.
“Louise pudo estudiar con algunos de los mejores pianistas de su tiempo como Johann Nepomuk Hummel. Desde 1819 tomó clases con Anton Reicha, uno de los más importantes maestros del Conservatorio de París”, indicó.
La sonata está perfectamente construida, es bellísima, de gran corte romántico, veremos como ella trabaja los temas. El movimiento central es una belleza, es como si fuera una especie de canción romántica. El tema es como si lo escribiera un compositor de mediados del siglo 19, y la música no está muy alejada de Félix Mendelssohn y no tendríamos que considérala como inferior, está perfectamente construida, puntualizó ante la concurrencia reunida en el Paseo de la Mujer Mexicana, en el interior del Parque Fundidora.
“La segunda obra, es Paráfrasis sobre temas de la ópera Ildegonda del compositor mexicano Melesio Morales y la hace la compositora mexicana Guadalupe Olmedo, quien fue una figura fenomenal, valerosa en todos los sentidos. Ella fue la primera mujer que entra a estudiar al Conservatorio Nacional de Música de México, que había sido fundado en 1866.
Esta obra que va tomando temas de la ópera Ildegonda, de Morales, el gran compositor mexicano del siglo 19, y además compositor de ópera, que llegó a presentar obras en Florecía, Italia.
La segunda parte de este concierto, menciono, está dedicada a dos compositoras europeas: Nadia Boulanger, una de las inmensas figuras de la música del siglo 20 y la también destacada pianista Ethel Smith.
“Boulanger, venía de una familia de gran aspiración y calidad artística. Es una mujer que decide no dedicarse totalmente a componer, aunque estaba preparada para eso. Y las tres piezas para cello y piano nos van a dejar tremendamente sorprendidos porque son obras excepcionales”, expresó.
“Finamente, una personalidad excepcional, Ethel Smith llegó a tal su reputación como compositora y música, que fue la primera compositora que se le otorgó el rango de Dama del Imperio Británico. Nace en una familia acomodada. Y desde niña muestra una calidad por la música y un carácter únicos, al tal grado que cuando ella les dice a sus padres: quiero irme a estudiar a otro lado, porque Inglaterra no es un lugar adecuado para que una mujer pueda tomar clases de música, y se lo niegan, ella empieza una huelga de hambre”, señaló.
“Para 1890, Ethel ya era una compositora totalmente establecida. Su sonata en tres movimientos, es espléndida, tiene un elemento oscuro, que a lo mejor no estaría asociado en ese tiempo con la música que podría escribir una mujer, pero es una obra maravillosa. Es de un estilo romántico tardío”.