El teniente general Yaroslav Moskalik, subdirector del departamento operativo principal del Estado Mayor de las fuerzas armadas rusas, fue asesinado por un artefacto explosivo colocado en su coche en Balashikha, a las afueras de Moscú.
Moskalik es el segundo militar ruso asesinado por un artefacto explosivo en los últimos cinco meses.
El artefacto explosivo estaba cargado con metralla, indicó la portavoz del Comité, Svetlana Petrenko. Investigadores de la agencia trabajaban en el lugar del suceso, agregó.
Kirillov era el jefe de las Fuerzas de Defensa Radiológica, Biológica y Química de Rusia, las tropas especiales encargadas de proteger al ejército del uso de armas nucleares, químicas o biológicas por parte del enemigo y de la seguridad en las operaciones en un entorno contaminado. Su asistente también murió en el atentado.
El incidente del viernes se produjo justo cuando se esperaba que Steve Witkoff, el enviado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reuniera con el líder ruso, Vladimir Putin, en Moscú para discutir un plan de paz para Ucrania mediado por Washington. La reunión es su cuarto encuentro desde febrero.