El mexicano Héctor Alejandro Cabrera Fuentes y su esposa fueron detenidos el pasado 18 de febrero en el aeropuerto de Miami por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), cuando intentaban viajar a la Ciudad de México.
El científico originario del municipio El Espinal, Oaxaca, aceptó ante agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) haber sido reclutado por el gobierno ruso en 2018 para realizar actividades de espionaje en Estados Unidos.
En el verano de 2018, el mexicano y su familia viajaron a Rusia para vacacionar durante dos semanas, sin embargo, a la salida del aeropuerto y bajo el argumento de que había anomalías en su documentación, las autoridades rusas le informaron que tenía prohibido abandonar el país.
De acuerdo con una reseña del interrogatorio al que fue sometido por agentes del FBI, Héctor Alejandro dijo que “en 2018, durante el Mundial de fútbol celebrado en Rusia, inició el contacto con las autoridades de ese país”.
Contó que “en Moscú fue trasladado a un cuarto de separos en el aeropuerto, engañado de que su detención respondía a órdenes del gobierno de México y de la interpol. Durante el supuesto interrogatorio le mostraron correos electrónicos de su cuenta personal que se remontaban al año 2014; a fin de difundirle temor y demostrarle que estaba siendo monitoreado”.
El gobierno estadounidense comunicó que Cabrera vive en Singapur y que originalmente fue reclutado en 2019, contrario a lo que él admitió ante el FBI.
Héctor Alejandro precisó que “los supuestos agentes rusos le solicitaron su colaboración de espionaje como condición de permitirle el regreso con su familia a Alemania”.
También admitió que “recibía instrucciones de su contacto (ruso) durante la celebración de convenciones científicas de las cuales era partícipe”.
Luego le asignaron tareas principales de espionaje para llevar a cabo en Estados Unidos, por las cuales fue detenido.
El 21 de febrero, Cabrera Fuentes fue presentado ante la Corte Federal de Miami, donde le fueron notificados los cargos que se le imputan, incluso rechazó su derecho a fianza expresando su deseo de ser representado por abogados para su defensa que permanece en proceso.
La próxima audiencia se realizará el próximo 3 de marzo, donde deberá declararse culpable o inocente de los delitos que se le imputan.
En caso de declararse culpable, el oaxaqueño podría ser sentenciado a pena de muerte o a cadena perpetua.
