En el marco del Séptimo Congreso Nacional Extraordinario de Morena, celebrado en el World Trade Center, Luisa María Alcalde fue elegida como nueva presidenta del partido en una votación a mano alzada.
Junto a ella, Carolina Rangel fue nombrada secretaria general y Andy López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo de secretario de Organización, tras haber sido inicialmente postulado para la secretaría general.
Durante el evento, también se asignaron otros cargos clave dentro del partido, todos provenientes de una planilla única. Entre los nombramientos se encuentran Iván Herrera Zazueta como secretario de Finanzas, Aaron Enríquez García como secretario de Jóvenes, y Camila Martínez Gutiérrez como secretaria de Comunicación, entre otros.
En su primer discurso como presidenta, Alcalde celebró los recientes éxitos electorales de Morena y subrayó la importancia de la organización territorial como la base del movimiento.
“La fuerza de Morena es la organización desde abajo”, destacó, al tiempo que presentó los ocho ejes de trabajo que guiarán su gestión. Estos incluyen la creación de más de 70 mil comités seccionales en todo el país, la apertura para la afiliación y credencialización de la militancia, y la promoción de la unidad y humildad dentro del partido.
Alcalde también hizo un llamado a fortalecer la institucionalidad, la formación política y la transparencia en la selección de candidatos, afirmando que el reto es consolidar al partido en sus principios y seguir su crecimiento con raíces profundas en la relación con el pueblo.
“La esencia de Morena está en sus raíces, en la unión sagrada con el pueblo”, dijo durante su intervención.
Por su parte, Andy López Beltrán, quien asumió la secretaría de Organización, expresó que su llegada al cargo se daba en un contexto personal complejo, pues coincidía con el retiro de su padre, el presidente López Obrador, de la vida política.
“Es un momento difícil de interpretación”, admitió, agregando que sentía tristeza por el fin del liderazgo de su padre, pero agradecido por la oportunidad de seguir contribuyendo al proyecto de la Cuarta Transformación desde su nuevo puesto.
La elección de la nueva dirigencia de Morena se llevó a cabo con un clima de unidad entre los miembros del partido, quienes reiteraron su compromiso con los principios que han llevado al movimiento a consolidarse como una de las fuerzas políticas más importantes del país.
Con estos cambios en su estructura, Morena se prepara para los retos que enfrentará en los próximos años, consolidando su presencia en el escenario político nacional y fortaleciendo su base militante a nivel local y nacional.