Vaticano.– En un momento histórico para la Iglesia católica, el recién elegido Papa León XIV, nacido en Estados Unidos y con nacionalidad peruana, ofreció este jueves su primer mensaje al mundo tras ser proclamado como el nuevo pontífice desde el balcón de la basílica de San Pedro.

Con un discurso preparado —algo poco habitual en las primeras palabras de un Papa—, León XIV se presentó como un líder emocionado y profundamente comprometido con la paz, el diálogo y una Iglesia inclusiva. “La paz sea con ustedes”, pronunció con voz firme y emocionada, aludiendo al saludo de Cristo resucitado, con el que abrió su intervención.

Una paz desarmante, humilde y perseverante viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente”, expresó el pontífice, quien sucedió al Papa Francisco, a quien agradeció expresamente. “Gracias, Papa Francisco”, dijo, recordando su cercanía con el pontífice emérito y compartiendo su visión reformista y pastoral.

En su mensaje, León XIV hizo un fuerte llamado a la unidad, la sinodalidad y el compromiso misionero, instando a los cardenales que lo eligieron a trabajar en conjunto por una Iglesia que “construya puentes mediante el diálogo y el encuentro, abierta a todos, especialmente a los que sufren”.

Durante su alocución, también habló en español, dedicando unas palabras especiales a su “querida diócesis de Chiclayo, en el Perú”, donde ejerció como obispo y donde desarrolló una importante labor pastoral. “Un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, recordó con emoción.

Prevost, miembro de la orden de los agustinos, ha tenido una extensa trayectoria misionera en Latinoamérica. En 2015 fue designado obispo de Chiclayo por el Papa Francisco, y en años recientes ocupó cargos relevantes dentro de la Curia Romana.

El nuevo pontífice cerró su primer mensaje con una oración a la Virgen María, pidiendo su intercesión “por toda la Iglesia y por la paz en el mundo”.

La elección de León XIV se concretó en la cuarta votación del cónclave, lo que refleja un consenso sólido entre los cardenales sobre el perfil pastoral, reformista e internacional del nuevo líder de la Iglesia católica.