Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ocupar la presidencia de México, ha sido incluida por la revista TIME en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo en 2025. Más allá del reconocimiento, este hecho representa un parteaguas simbólico, político y cultural no solo para México, sino para América Latina.
La lista, publicada el 16 de abril, destaca a quienes “están transformando el mundo”, y entre figuras como Donald Trump, Serena Williams y el CEO de Google DeepMind, aparece el nombre de la presidenta mexicana, acompañada por otras voces latinoamericanas como María Corina Machado (Venezuela) y Javier Milei (Argentina).
El reconocimiento llega en un momento clave: Sheinbaum ha completado solo los primeros meses de su mandato, pero ya cuenta con una aprobación del 82% y una percepción positiva sobre su gestión, particularmente por sus programas sociales y su defensa de los derechos de las mujeres.
¿Por qué su aparición en TIME va más allá del aplauso internacional?
Porque marca un cambio histórico: por primera vez, una mujer mexicana —y además científica, ambientalista y de origen judío— figura entre quienes influyen en el rumbo del planeta. Es un símbolo del avance lento pero firme hacia la inclusión y la representación en espacios tradicionalmente dominados por hombres.
Su estilo de liderazgo ha sido descrito como sobrio, técnico y con visión social, alejado del carisma estridente de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, pero con una continuidad política evidente. Esta dualidad —renovación en la forma, continuidad en el fondo— podría ser una de las claves de su influencia.
La inclusión de Sheinbaum en la lista también proyecta una imagen distinta de México ante el mundo. En un contexto donde América Latina es vista muchas veces desde el prisma de la violencia, el populismo o la crisis institucional, la figura de una presidenta con formación científica, que lidera con una narrativa de honestidad y cercanía, abre una nueva narrativa internacional.
“Hay que tener los pies en la tierra y ser honesto siempre”, dijo Sheinbaum en su conferencia matutina tras conocer la nominación.
Más allá del prestigio, su inclusión refleja el papel estratégico que ha asumido como jefa de Estado frente al nuevo escenario geopolítico: un Estados Unidos gobernado nuevamente por Donald Trump y una renovada amenaza arancelaria sobre México.
Desde el primer mes del año, con el retorno de Trump a la Casa Blanca, las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos se reactivaron. El magnate republicano ha insistido en imponer nuevos aranceles a productos mexicanos, argumentando presiones migratorias y temas de seguridad en la frontera. Ante este panorama, la presidenta Sheinbaum ha respondido con mesura, sin confrontación directa pero sin ceder soberanía.
Mientras Trump regresa a la lista TIME por séptima vez, Sheinbaum lo hace por primera vez, como símbolo de una nueva forma de hacer política.