Agradables ecos del 49 Festival Internacional Cervantino 2021 llegarán a la Ciudad con la presentación de la prestigiada agrupación Paris Mozart Orchestra de Francia, dirigida por Claire Gibault, que ofrecerá Orfeo de Silvia Colasanti, el lunes 18 de octubre a las 19:00 horas en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.
Orfeo es un melólogo para narrador y ensamble instrumental, basado en los libros X y XI de las Metamorfosis de Ovidio, con proyección simultánea de la película Orfeo de Axel Arno. (Encargo de la Paris Mozart Orchestra y de la Philharmonie de París).
Desde su creación por Claire Gibault en 2011, la Paris Mozart Orchestra ha hecho del melólogo el pilar de su programación. El melólogo, un notable género musical al que rara vez se le presta atención, alterna la narración dramática con episodios instrumentales.
La agrupación Paris Mozart Orchestra se presentará en el Festival Internacional Cervantino 2021 el 16 de octubre en el Teatro Juárez de la Ciudad de Guanajuato.
La presentación de la agrupación Paris Mozart Orchestra de Francia en Monterrey, la organiza el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León en coordinación con el 49 Festival Internacional Cervantino 2021, la Embajada de Francia en México, la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey y la UANL.
“Aprovechando que va a ocurrir el Festival Internacional Cervantino vamos a poder presentar la Paris Mozart Orchestra en nuestra ciudad”, manifestó Roberto Villarreal, Director del Teatro de la Ciudad.
“Es una orquesta muy prestigiada a nivel internacional, integrada por 10 músicos y dirigida por Claire Gibault, quien inició su carrera en la Ópera Nacional de Lyon, antes de convertirse en la primera mujer en dirigir la Filarmónica della Scala y los músicos de la Filarmónica de Berlín”.
El programa que ofrecerá la Paris Mozart Orchestra, explicó el directivo de Conarte, está conformado por la obra Orfeo de la compositora contemporánea Silvia Colasanti y la interpretación de Seis Epígrafes antiguos de Claude Debussy.
¿Pero, qué es un melólogo?
Nacido hace 250 años, el melólogo ha demostrado su pertinencia para los compositores actuales, que lo retoman a medida que reciben encargos de la Paris Mozart Orchestra, añadiendo una dimensión visual (video, película, proyecciones, dibujo, mapping) que se hace eco de los decorados que embellecían muchas representaciones del siglo XVIII.
Fue Hector Berlioz quien, en 1832, en Lélio, rechazó oficialmente el término melodrama, que consideraba demasiado excesivo, sentimental y vulgar. Entonces propuso, tomando prestado del poeta irlandés Thomas More, el término más neutro de «melólogo», derivado del griego melos y logos, que Claire Gibault y la Paris Mozart Orchestra han decidido actualizar.
Orfeo, una historia de conmueve
“La historia de Orfeo nos conmueve porque es la historia de un fracaso, el fracaso de reconciliar las dos fuerzas misteriosas y primordiales de la existencia humana, el amor y la muerte. El amor es en todo momento locura, éxtasis y sufrimiento, pero también una experiencia voluptuosa que hay que vivir o lamentar.
“La muerte es el enemigo que hay que derrotar, un objetivo que sólo puede alcanzarse parcialmente: el poeta conseguirá vencerla, y hacer triunfar la resurrección, pero sólo una vez, la segunda será un fracaso, no por la ineficacia de su canto lleno de tristeza, sino por la inexorabilidad del destino. El mito también desarrolla temas que siempre han interesado a los hombres: la brevedad de la vida y la eternidad del arte, la posibilidad de vivir con el dolor a través de la música, el poder de la poesía, el arte como expresión de la realidad, el choque entre la realidad y la imaginación y, finalmente, el extraordinario vínculo entre el hombre y la naturaleza. Orfeo es un héroe moderno, humano y frágil, que no sabe resistirse a su pasión y voltea hacia Eurídice rompiendo el encanto mediante su desobediencia”, escribe Silvia Colasanti.
“Orfeo (2009) se presenta como un «concierto» para voz recitada y ensamble con una alternancia entre letra y música.
La música tiene una función dramatúrgica muy intensa, la de expresar un estado primordial del pensamiento cuando éste se encuentra todavía en la fase del sentimiento.
En momentos precisos, los sonidos amplían el significado del texto y subrayan ciertos aspectos del mismo, en otros, expresan todo lo que no se dice.
Por eso la música convive con la palabra en algunos lugares y en otros se mantiene sola. Cuando Orfeo sale del infierno, hay una sección exclusivamente instrumental para expresar la suspensión entre el impulso apasionado de conocer y la contención racional del tabú.
Sigue otra sección musical – construida integralmente a partir de la reinterpretación del aria que Monteverdi escribió para este momento de su ópera, y que aquí se asignan a una trompa colocada detrás del público – para contar la alegría y el dolor de Eurídice al ver el rostro de Orfeo.
La música sustituye por sí sola los relatos que canta Orfeo tras su regreso del infierno y, al final, evoca la muerte violenta del poeta asesinado por las Bacantes, su sufrimiento y al mismo tiempo su deseo de volver a encontrar a su ser amado, y su descenso definitivo al Hades. Aquí, Ovidio nos ofrece una imagen maravillosa: la de la cabeza y la lira de Orfeo, arrastradas por el río, que sigue cantando, mientras la naturaleza parece responder a estos sonidos con el canto diferente del agua y de la orilla”, expresa Colasanti.
Silvia Colasanti estudió en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma con Luciano Pelosi y Gian Paolo Chiti. Perfeccionó sus habilidades con Fabio Vacchi, Wolfgang Rihm, Pascal Dusapin y Azio Corghi. Ha ganado numerosos concursos (Foro de los Jóvenes Compositores Tactus en Bruselas, el Concurso de Composición Zeitklang, el Concurso Internacional de Composición «Musik Fabrik No» en Viena, el Concurso «Lopes Graça» en Lisboa) y ha recibido, del Presidente de la República, el prestigioso premio «Goffredo Petrassi».
En agosto de 2007, está en residencia en la Fundación Civitella Ranieri de Nueva York y en 2010 recibe el Premio Nino Carloni, en la categoría «Jóvenes compositores». En julio de 2013, ganó el European Composer Award por su composición Responsorium, interpretada como estreno mundial, por la Orquesta Giovanile Italiana, bajo la dirección de Pascal Rophé.
Sus composiciones han sido interpretadas por las más grandes orquestas (Orchestre National de Belgique, Orchestre Verdi de Milan, Orquestra Metropolitana de Lisboa, Orchestre Nazionale Rai de Turín…) en prestigiosas salas y festivales, tanto en Italia como en el extranjero (Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, Théâtre des Champs-Élysées, Konzerthaus de Berlin…)
Claire Gibault inició su carrera en la Ópera Nacional de Lyon antes de convertirse en la primera mujer en dirigir la Orquesta de la Scala y los músicos de la Filarmónica de Berlín. Directora musical de Musica per Roma de 2000 a 2002, también fue asistente de Claudio Abbado en La Scala, la Ópera de Viena y la Royal Opera House de Londres. En 2004, participó en la creación de la Orquesta Mozart de Bolonia, y permaneció con ella hasta 2007, dando también sus propios conciertos. Claire Gibault dirige con frecuencia en instituciones prestigiosas (el Covent Garden de Londres, la Ópera de Washington, el Festival de Edimburgo, el Festival de Glyndebourne, etc.), y es invitada de orquestas como la Halle Orchestra, la Royal Scottish National Orchestra, la Orchestra Sinfonica Nazionale de la RAI y la Orchestre Philharmonique de Liège. Tras su experiencia con Claudio Abbado, Claire Gibault creó en 2011 la Paris Mozart Orchestra, orquesta con la cual da actualmente una treintena de conciertos al año. En 2010 publicó La Musique à mains nues con la Editorial L’Iconoclaste. Creada en 2011 por iniciativa de Claire Gibault, la Paris Mozart Orchestra es una orquesta con un enfoque ciudadano, que se presenta en las más importantes salas de conciertos. La Paris Mozart Orchestra colabora frecuentemente con artistas como las sopranos Natalie Dessay y Julie Fuchs, la mezzo Karine Deshayes o los pianistas Anne Queffélec, Jean-Claude Pennetier y Adam Laloum.