Durante décadas, la Luna ha sido objeto de estudio y especulación, con científicos debatiendo la existencia de túneles subterráneos.
Hoy, esta teoría ha dado un gran paso hacia la confirmación gracias a un estudio publicado en Nature Astronomy, que presenta evidencia convincente de la presencia de túneles formados por lava en nuestro satélite natural.
El hallazgo fue posible gracias al análisis de datos del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA. Según Leonardo Carrer, investigador de la Universidad de Trento en Italia, «Gracias al análisis de la información pudimos crear un modelo del conducto. La explicación más viable es que se trate de un tubo de lava vacío.» Estos túneles, ubicados en el pozo lunar Mare Tranquillitatis, ofrecen una nueva visión sobre la estructura de la Luna y su potencial para futuras misiones espaciales.
La superficie lunar presenta condiciones extremas que han sido un obstáculo significativo para la permanencia prolongada de humanos. Sin embargo, los túneles de lava podrían proporcionar la protección necesaria contra la radiación y los impactos de objetos espaciales, permitiendo estancias más largas para los astronautas.
Aunque la evidencia de túneles subterráneos en la Luna no es completamente nueva, hasta ahora había permanecido en el ámbito de la especulación. Desde la década de 1960, se había sugerido su existencia, pero sin pruebas directas. Las misiones de observación, como la sonda SELENE de Japón y el LRO de la NASA, han permitido a los científicos obtener datos más precisos. El nuevo análisis de los datos de radar del LRO ha revelado «reflejos» que solo pueden explicarse por la presencia de un conducto subterráneo vertical de decenas de metros de largo.
Este descubrimiento representa la primera evidencia directa de un tubo de lava accesible bajo la superficie lunar. La existencia de estos túneles podría cambiar drásticamente la planificación de futuras misiones espaciales. Estos refugios naturales protegerían a los astronautas de las extremas temperaturas y la intensa radiación solar. Según un artículo de Science Advances de 2020, la dosis diaria de radiación en la superficie lunar es entre 200 y mil veces mayor que la que recibe una persona en la Tierra.