Un sorpresivo temblor de magnitud 4,8 estremeció la ciudad de Nueva York y sus alrededores en la mañana de este viernes, marcando el mayor evento sísmico en la zona en los últimos 40 años.
El sismo, que se registró a las 10:23 hora local (14:23 GMT), provocó sacudidas en edificios y rascacielos a lo largo de la costa noreste de Estados Unidos.
La reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza, programada en la sede de Nueva York, se vio momentáneamente interrumpida debido al movimiento telúrico.
Los neoyorquinos, acostumbrados a enfrentar condiciones climáticas severas y grandes tormentas, se vieron sorprendidos por este fenómeno poco común de movimientos de placas tectónicas.
El epicentro del sismo se localizó cerca de Lebanon, Nueva Jersey, aproximadamente a 64 kilómetros al oeste de la ciudad de Nueva York, según el Servicio Geológico de EE.UU.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, aseguró que no se habían reportado impactos significativos o lesiones graves, instando a los residentes a continuar con sus actividades diarias.
Las autoridades realizaron inspecciones de infraestructura crítica para garantizar la seguridad de la ciudad, mientras que se alentaba a los ciudadanos a seguir protocolos de seguridad en caso de réplicas.
Los expertos sugieren que el temblor pudo haber ocurrido en una antigua falla que se haya «reactivado», ya que, aunque no se conocen fallas activas en la zona, existen numerosas fallas inactivas más antiguas que podrían haber sido activadas nuevamente por las tensiones actuales de las placas tectónicas.
Aunque los terremotos son raros en la costa este y particularmente en Nueva York, este evento sirve como un recordatorio de que los sismos pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar.