Las fuerzas armadas no regresaron a sus cuarteles, conforme la promesa de Andrés Manuel López Obrador, debido a los problemas de inseguridad que heredó, afirmó el propio presidente.
Por ello, argumentó que «cambió de opinión» al llegar a la presidencia en 2018.
“Cambié de opinión ya viendo el problema que me heredaron, cómo enfrentar el problema de inseguridad. Sí sabía yo, desde el principio y estoy absolutamente convencido de que la paz es fruto de la justicia y es base de la política de seguridad”, dijo.
En Palacio Nacional, López Obrador aseguró que, a diferencia de gobierno pasados, las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos hacia las Fuerzas Armadas han sido escasas y éstas se han acatado.
Aclaró que su gobierno no se caracteriza por las violaciones a los derechos humanos como sucedía antes, ni es ejecutor de masacres o desapariciones o torturas.
El presidente reiteró que continuará con la iniciativa para que la Guardia Nacional sea una rama de la Secretaría de la Defensa Nacional, para con ello, evitar que la corporación de corrompa como sucedió con la Policía Federal.
Además, recordó que la Constitución fue modificada para que las Fuerzas Armadas participaran en las labores de seguridad pública, cuando en el pasado la Carta Magna era violada.
“Eso fue lo que promovieron y lo otro, la violación a la Constitución porque usaban al Ejército y a la Marina para operativos de seguridad, para reprimir, y no estaba en la Constitución, entonces lo que hicimos fue reformar la Constitución para que dos instituciones que son fundamentales nos ayudaran a enfrentar el grave problema de la inseguridad y la violencia y por eso se creó la Guardia Nacional”, dijo.