Nueva York, EE.UU.- El exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, fue condenado a 38 años de prisión por un juez federal en la Corte de Distrito Este de Nueva York.

La sentencia marca el cierre de uno de los casos más emblemáticos en torno a la corrupción vinculada al narcotráfico en México, tras el veredicto de culpabilidad emitido en febrero de 2023.

El juez Brian Cogan, quien también sentenció al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín «El Chapo» Guzmán, emitió el fallo que incluye 460 meses de prisión por cargos relacionados con narcotráfico, pertenencia a una organización criminal y falsedad de declaraciones ante autoridades estadounidenses.

García Luna también fue multado con dos millones de dólares y deberá cumplir cinco años de libertad condicional una vez que termine su condena.

El exfuncionario, arrestado en diciembre de 2019, fue señalado por haber colaborado con el Cártel de Sinaloa durante su tiempo como titular de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón. Las acusaciones lo involucran en la conspiración para la distribución internacional de cocaína y en la dirección de una organización criminal.

En una carta enviada al juez antes de la sentencia, García Luna solicitó clemencia, expresando su deseo de regresar con su familia y argumentando que parte de las acusaciones se basaron en «información falsa» proporcionada por el actual gobierno de México. Sin embargo, el tribunal desestimó su petición y ratificó la gravedad de los delitos.

Durante el juicio, el testimonio de Sergio Villarreal Barragán, alias «El Grande», fue clave. Villarreal detalló cómo García Luna aceptó sobornos millonarios a cambio de brindar protección y apoyo logístico al Cártel de Sinaloa, ayudando a consolidar su control territorial durante las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.

La condena de García Luna representa un momento histórico en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico en México, poniendo en evidencia los profundos lazos entre altos funcionarios del gobierno y el crimen organizado. A pesar de la apelación de su defensa, el veredicto ha sido visto como un mensaje claro de las autoridades estadounidenses en su combate contra la delincuencia transnacional.