La Cámara de Diputados dio un paso significativo en la protección de la salud pública al aprobar una reforma constitucional que prohíbe la producción, distribución y comercialización de fentanilo, drogas sintéticas no autorizadas, precursores químicos, vapeadores y cigarrillos electrónicos.

Con 410 votos a favor y 24 en contra, la iniciativa modifica los artículos 4 y 5 de la Constitución y busca garantizar el derecho a la salud. El dictamen enfatiza la urgencia de combatir los efectos nocivos de estas sustancias en la población y frenar su tráfico ilícito.

El fentanilo, un opioide sintético relacionado con una crisis de salud pública global, es el principal objetivo de esta reforma. La inclusión de precursores químicos en la prohibición tiene como fin cortar el suministro desde su origen, dificultando su producción y distribución.

La medida también atiende la creciente preocupación por el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos, particularmente entre los jóvenes. Estos dispositivos han sido relacionados con problemas respiratorios y adicción, según datos de autoridades sanitarias. La prohibición busca prevenir enfermedades y proteger a las nuevas generaciones de estos riesgos.

La reforma, que se posiciona como un esfuerzo conjunto para enfrentar el tráfico de drogas y productos nocivos, ahora será discutida en el Senado. Aunque se espera su aprobación, enfrenta críticas de sectores que cuestionan su efectividad y posibles impactos en el comercio regulado.