Paris
Aunque reconoció los avances logrados en sus reuniones con Jefes de Estado o gobierno durante su estancia en Paris, el Presidente Donald Trump reiteró sus reclamos contra los aliados tradicionales de Estados Unidos.
«Es hora de que estos países muy ricos paguen a Estados Unidos por su gran protección militar o se protejan a sí mismos”, comentó en su Twitter.
Durante la conmemoración del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial en París, el presidente que se enorgullece de proclamarse “nacionalista” estuvo aislado de los demás, aunque estaba en un continente donde el populismo que él propugna está en ascenso.
Inició su visita con una fuerte crítica al llamado del presidente francés Emmanuel Macron a crear una fuerza de defensa europea, llegó solo a los diversos eventos y pasó buena parte de su tiempo en la residencia de su embajador en París.
El domingo, escuchó un discurso sobre los peligros del aislamiento nacionalista y regresó a casa cuando comenzaba la Cumbre por la Paz.
Macron, por su parte, advirtió el domingo que los “antiguos demonios” que provocaron la Primera Guerra Mundial y millones de muertes volvían a levantar cabeza.
Macron, quien impulsa el fortalecimiento de las organizaciones y cooperación multinacionales desdeñadas por Trump, pronunció una reprensión apenas velada del trumpismo en el evento central, una reunión de decenas de gobernantes en la Tumba del Soldado Desconocido, al pie del Arco de Triunfo.
En su discurso, Macron habló del auge del populismo en Estados Unidos y Europa y exhortó a sus colegas a no volverle la espalda.
«El patriotismo es el opuesto exacto del nacionalismo: el nacionalismo es una traición al patriotismo”, dijo.
Añadió que cuando las naciones ponen por delante sus propios intereses y toman la actitud de “qué me importan los demás, borran lo más precioso que puede tener una nación… sus valores morales”.
Trump, que ha dejado bien en claro lo poco que le interesan los grandes acuerdos multilaterales, escuchó con gesto adusto a Macron, quien se considera el adversario de los sentimientos nacionalistas que se han apoderado e Hungría y Polonia, entre otros países.