Ciudad de México.- «Se declara a Claudia Sheinbaum Pardo primera Presidenta Electa de los Estados Unidos Mexicanos para que desempeñe el cargo del 1 de octubre de 2024 al 30 de septiembre de 2030», indica la sentencia aprobada la mañana de este miércoles por el TEPFJF.
La constancia de mayoría y con la cual se da validez constata que ganó con 35 millones 924 mil 519 votos, 59.76 por ciento del total de sufragios emitidos.
«Además, cumple con los principios que rigen la función estatal de organizar las elecciones: certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad.
«Para llegar a tal conclusión (el Tribunal) verificó que los actos previos al inicio del proceso electoral, los preparatorios de la elección y la jornada electoral, se realizaron bajo los principios constitucionales mencionados, algunos porque, al no haber sido impugnados gozan de la presunción de licitud, otros porque fueron impugnados y confirmados por esta Sala Superior reconociendo su legalidad y constitucionalidad, y en el caso de aquellos que fueron revocados al estimarlos ilegales, fue con la finalidad de restituir del orden jurídico violado», indica la sentencia.
Tras celebrar que Sheinbaum Pardo es la primera mujer en llegar a la Presidencia de México, los magistrados se mantuvieron divididos respecto al desarrollo de los comicios.
Janine Otálora y Reyes Rodríguez afirmaron que si bien fue contundente la decisión de los mexicanos para elegir a Sheinbaum como Presidenta de México, el proceso estuvo marcado por irregularidades que deben corregirse en procesos futuros.
Entre los factores considerados por Otálora están el inicio anticipado de la contienda a través de procesos internos de los partidos, situación ilegal; además de la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador en al menos 50 conferencias mañaneras para posicionar a su candidata y partido.
La magistrada también dejó sobre la mesa la participación del crimen organizado en el proceso electoral, situación que se manifestó con la renuncia de 7 mil personas que aspiraban o eran titulares a una candidatura y renunciaron por amenazas e incluso asesinatos.
«Incluso en los tiempos en los que hemos reconocido la existencia de la violencia política en razón de género, ignorar este pronunciamiento sobre la violencia en el proceso invisibiliza que de estas renuncias 57 por ciento fueron mujeres», dijo Otálora.
En respaldo, Rodríguez celebró que fuera una elección pacífica y contundente por los votos, sin embargo, insistió, deben advertir que este proceso demostró que el sistema electoral debe modificarse, principalmente el artículo 134 constitucional, sobre la neutralidad de los gobernantes.
«Somos jueces, no alquimistas, dijo tras pedir una postura realista sobre lo que se vivió en la elección, pues afirmó que se abrió una caja de pandora de transgresiones a la ley electoral.
Mientras que Mónica Soto, Claudia Valle, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes enfocaron sus mensajes en que por primera vez llegue a la Presidenta una mujer, y la votación que obtuvo. Además de defender la postura de que, pese a las acusaciones de irregularidades, fue una elección limpia.
«Cada alegato ha sido analizado a fondo para determinar su validez y si existía evidencia suficiente para modificar el resultado electoral o no.
«La falta de pruebas contundentes en las impugnaciones presentadas refuerza nuestra convicción de que la elección ha sido genuina y que los resultados reflejan fielmente la voluntad de los ciudadanos», afirmó Fuentes.
Soto hizo un reconocimiento a Xóchitl Gálvez por participar en la contienda electoral, pues contribuyó a la participación de la mujer.
«Hoy, todas y todos podemos tener la confianza de que las autoridades electorales hemos cumplido con nuestra encomienda de brindar certeza a los resultados electorales y garantizar el respeto a la decisión tomada de las urnas el pasado 2 de junio.
«Nos congratulamos en dar cuenta de que el proceso electoral federal se llevó a cabo en apego a los estándares democráticos de integridad electoral, pero no sin dejar de reconocer que también podemos aspirar a mejores estándares de nuestra querida democracia», cerró Soto la sesión.
Mientras los magistrados declaraban la validez de la elección, afuera del organismo electoral, una veintena de personas los llamaban traidores por no cuestionar la injerencia del Presidente López Obrador.