This image released by the Department of Defense shows undocumented migrants awaiting takeoff for a removal flight at the Tucson International Airport, Arizona, January 23, 2025. Under the direction of US Northern Command, US Transportation Command is supporting Immigration and Customs Enforcement removal flights by providing military airlift. (Photo by Devlin Bishop / DVIDS / AFP) /

Belo Horizonte.- Los gobiernos de Brasil y Colombia han expresado su repudio al trato que han recibido los migrantes deportados por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Ambos países han tomado medidas firmes frente a lo que consideran violaciones a los derechos humanos de sus ciudadanos repatriados.

Brasil: indignación por condiciones inhumanas

El gobierno brasileño denunció las condiciones degradantes en las que fueron trasladados 88 brasileños en un vuelo militar estadounidense que aterrizó en Manaos.

  • Relatos desgarradores: Migrantes esposados, sin acceso a agua ni baños, soportaron altas temperaturas y problemas técnicos en el avión. “Algunas personas se desmayaron”, narró un deportado.
  • Medidas inmediatas: El Ministerio de Justicia ordenó retirar las esposas al llegar a Brasil y condenó el «flagrante desprecio a los derechos fundamentales».
  • Reacción de Lula: El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dispuso que una aeronave de la Fuerza Aérea trasladara a los migrantes a su destino final, garantizando su dignidad.

Colombia: rechazo a vuelos militares

El presidente Gustavo Petro tomó una postura firme, rechazando la entrada de aviones militares estadounidenses con migrantes deportados.

  • Condiciones exigidas: Petro aseguró que solo aceptará a los deportados en vuelos civiles y con un trato digno.
  • Mensaje claro: “Un migrante no es un delincuente”, afirmó, enfatizando que Colombia no permitirá atropellos hacia sus ciudadanos.
  • Contexto diplomático: Este es otro episodio de tensión entre la administración Trump y Petro, crítico frecuente de las políticas migratorias del presidente estadounidense.

La utilización de aviones militares y las denuncias sobre el trato recibido han generado tensiones entre los gobiernos de Brasil, Colombia y Estados Unidos. Ambas naciones sudamericanas subrayan que la dignidad humana es un pilar innegociable de sus democracias.