Monterrey, Nuevo León.- Al pie del Arco de la Independencia, sitio emblemático de Monterrey, inaugurado en las Fiestas Patrias de 1910, la Secretaría de Cultura de Nuevo León dio a conocer los avances que lleva el proceso de su restauración, que transitan a una segunda etapa en su calendario de atención detallada por parte de especialistas.
Melissa Segura Guerrero, titular de la dependencia, así como el área de Patrimonio de la Secretaría, tuvieron oportunidad de dialogar con diversos medios de comunicación y detallar, en el sitio, la relevancia de las acciones realizadas.
“Es, probablemente la restauración histórica más importante que se ha realizado en Nuevo León en las últimas décadas. El Arco es el monumento histórico más representativo para los neoloneses”, expresó la titular de la dependencia a cargo del proceso.
Concebido por el renombrado arquitecto Alfred Giles, este monumento, edificado en el estilo neoclásico academicista, es un legado tangible de la era porfiriana en el país, destacada entre las propuestas urbanísticas del entonces gobernador de Nuevo León, el Gral. Bernardo Reyes.
En el marco de los 200 años de Nuevo León como estado libre y soberano, se inició durante el 2024 un proceso integral de restauración, ya que el último proceso de restauración, de tipo parcial, se realizó en 1997 y no se reparó la base de la Alegoría.
La estructura del monumento, el Arco de la Independencia, se compone de tres partes distintivas: el arco de piedra, la Alegoría de la Independencia y las águilas. El proyecto de la segunda etapa de restauración del Arco de la Independencia se orienta, básicamente, a la intervención de los acabados pétreos, llevando a cabo diversas acciones para su conservación y mantenimiento.
Estuvieron presentes en el encuentro con los medios de comunicación José Morales, quien encabeza el equipo de restauración; Ana Cristina Mancillas, Coordinadora de Patrimonio Cultural así como Alejandro Rodríguez, Subsecretario de Participación y Diversidad Cultural de la dependencia.
En los trabajos preliminares y complementarios, se realizará un registro detallado del estado de los materiales y sus alteraciones. En lo que se refiere a los acabados pétreos, se eliminarán elementos ajenos como cables y alambres y se aplicarán tratamientos específicos para la eliminación de sales.
La limpieza de la piedra se realizará con métodos manuales y especializados, incluyendo el uso de cepillos, soluciones químicamente balanceadas y tecnología láser en ciertas áreas. Para asegurar y fortalecer la estructura centenaria se aplicarán materiales de consolidación y se retirarán morteros inadecuados, garantizando la preservación del material original. Asimismo, se llevarán a cabo reposiciones y ajustes cromáticos para mantener la apariencia uniforme del monumento.
En los canales circundantes a los pilares, se realizarán trabajos de relleno con materiales similares a los originales y se aplicará un acabado que armonice con el entorno existente, conforme a la normativa de las técnicas de restauración que manejan los estándares internacionales.
A lo largo del proceso se ha contado con un equipo multidisciplinario de restauración integrado por arquitectos, estructuristas, restauradores de metal y piedra, geólogos, ingenieros e historiadores. Se llevó a cabo una investigación documental histórica para contextualizar el monumento en su entorno sociopolítico.
Desde finales del 2024 y a inicios del 2025, se llevó a cabo el proceso de restauración de los elementos metálicos, donde se ejecutaron actividades como limpieza fisicoquímica, eliminación de corrosión, corrección de ajustes y separaciones, reposición de algunos elementos, eliminación y reposición de soldaduras, patinación con sales de cobre y aplicación de una capa protectora.
“El compromiso es contar con una restauración completa y muy bien ejecutada para que este monumento quede garantizado en su preservación por muchos años más”, concluyó la funcionaria que encabeza el Sector Cultura del estado.