Turquía y Siria continúan sufriendo los estragos de los sismos que sufrieron hacen dos semanas y ahora lidian con los efectos de un nuevo temblor y la posibilidad de un tsunami.

Las autoridades turcas han emitido una advertencia a la población para mantenerse alejados de la costa de la provincia de Hatay ya que podría ocurrir un tsunami y el nivel del agua podría subir medio metro tras el nuevo sismo de magnitud 6.4 que sacudió el sureste del país este lunes.

El temblor se registró en la localidad de Samandağ, a unos 12 kilómetros de la costa mediterránea.

Autoridades locales han reportado al menos la muerte de tres personas y 213 heridas a causa del siniestro. En tanto el conteo de los fallecidos a causa de los sismos anteriores asciende a más de 41 mil así como 105 mil heridos.

El ministro del Interior, Suleyman Soylu, advirtió la posibilidad de que haya más personas atrapadas entre las ruinas de los edificios que han colapsado hoy.

Refik Eryilmaz, alcalde de Samandag, la cercana población costera donde se produjo el segundo sismo de hoy, de magnitud 5.8, aseguró que varios edificios habían colapsado y que no se sabe si había gente en su interior.

Por lo que es posible que algunos vecinos se hubieran refugiado del intenso frío en los restos de las construcciones dañadas en los terremotos de hace dos semanas, y reclamó desesperadamente el envío de tiendas de campaña para alojar a la población.

Tanto Antioquía como Samandag han quedado a oscuras, lo que dificulta determinar si hay gente atrapada en los edificios que han colapsado ahora.