Angélica Valle
El Río Santa Catarina nace en la Sierra Madre, en Ciénega de González municipio de Santiago, Nuevo León y se convierte en Río San Juan después del área metropolitana de Monterrey, en Cadereyta Jiménez.
Su trayectoria continúa por el estado de Tamaulipas hasta desembocar en el Río Bravo.
En 1946 se construyó la presa Marte R. Gómez sobre el Río San Juan, destinada para el riego de cultivos agrícolas, y desde entonces el agua que genera la naturaleza en las sierras neolonesas se ha utilizado para el campo tamaulipeco.
Aún con la construcción de la presa El Cuchillo, también sobre el Río San Juan, pero en el municipio de China, Nuevo León, los agricultores del Distrito de Riego 026, no han dejado de contar con esa agua, así lo manda un convenio realizado por la CONAGUA y los gobiernos estatales de ambas entidades.
Dotar de agua a la población es uno de los deberes básicos de todo gobierno, es un principio que permite la generación de riqueza tanto en la calidad del vida de los habitantes, como la producción de materias primas, incluso hasta el turismo.
Sin embargo, hoy que Nuevo León busca la construcción de un acueducto desde el Río Pánuco en territorio de San Luis Potosí, las mismas autoridades señalan que es imposible que eso suceda. Lo que si puede seguir siendo es que Tamaulipas reciba el agua que baja por el Río San Juan, aun cuando muchas de las tierras que la utilizaban para riego están destinadas a otros usos y la población del área metropolitana de Monterrey empieza a vivir la escasez de agua por la sequía prolongada que se presenta.
La opinión adversa de que Nuevo León cuente con agua del Pánuco fue dada por el Gobernador de San Luis Potosí, pero, por desgracia para los neoloneses, secundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es un tema sensible, que llama a la reflexión y que no puede quedar en una opinión contraria, mucho menos viniendo del presidente, ello por el simple hecho que provoca división, controversia, incluso coloca al propio López Obrador fuera del liderazgo del país, porque un líder no divide, un líder cohesiona, propone, reflexiona y deja fuera las opiniones, aún cuando así lo crea, si su declaración propicia disputa política, con mayor razón debe omitirla.
Si bien es cierto que López Obrador dijo que se reunirá con el gobernador Samuel García, también es un hecho que lo deja fuera de la figura de un diplomático, porque habla y luego razona, pero sobre todo demuestra estar desinformado, porque la sequía no es nueva, la falta de recursos para construir la presa Libertad tampoco, y muchos menos, que las presas se están secando.
Quizá es tiempo de que el presidente López Obrador vea más hacia el norte del país y no solo recuerde las inundaciones en Tabasco, que en esa cuestión también fue falta de infraestructura lo que daño a la población; quizá también deba estructurar sus respuestas, porque su investidura así lo demanda, no puede, no debe dividir al país.
Ante ello, las armas jurídicas para no depender de la federación en la toma de decisiones en materia de agua y aire serán presentadas en una nueva Constitución Política del Estado de Nuevo León, no podrán utilizarse en el corto plazo, pero al menos se contará con ellas.
Por lo pronto, revise el sistema hidráulico de su casa, que no haya fugas; reutilice el agua que pueda y si le es posible compre recipientes para almacenar agua, porque, aunque se insista en que no habrá cortes programados, una gran zona de la metrópoli padece la escasez del vital líquido porque el agua no les alcanza a llegar.