“El ferrocarril llegó a Monterrey hace 140 años para quedarse”, manifestó Leopoldo Espinosa Benavides, Cronista de la Ciudad de Monterrey, en su conferencia “El Ferrocarril en Monterrey”, ofrecida anoche en la Sala Alfonso Reyes de la Casa de la Cultura de Nuevo León.
“En la actualidad el ferrocarril no trae el aspecto que a nosotros nos encanta que es el transporte de personas, pero es un éxito en materia industrial, pues maneja volúmenes increíbles y todas las vías del país están con un uso intensivo”, explicó.
Dicha conferencia fue organizada por Conarte a través de la Casa de la Cultura de Nuevo León, como parte del ciclo Pláticas Ferroviarias 2022, en el marco de celebración por los 140 años de la llegada de este medio de transporte a Monterrey.
En la charla, Espinosa Benavides fue acompañado por el escritor Pedro de Isla, Director de la Casa de la Cultura de Nuevo León; también asistió Verónica González Casas, Presidenta de Conarte.
“Estuvimos pensando qué día podíamos hacer este evento y decidimos hacerlo, exactamente el día en que se cumplen 140 años de la llegada del primer tren a Monterrey; todavía no existía esta casa, se construyó unos cuantos años después, pero creemos que es muy importante recordar esa fecha porque es un parteaguas en el crecimiento y desarrollo de nuestra ciudad y del norte de México”, manifestó De Isla.
La llegada del ferrocarril, un motor para transformar
“Monterrey, por su ubicación, era una pequeña ciudad comercial y de paso”, expuso Espinosa Benavides.
“Toda la gente, los convoyes y las carretas, siempre decían ‘llega a Monterrey, es un pueblo donde encuentras todo’ y no había otro. Aquí descansabas dos o tres días, llegabas a un mesón y luego se iban hacia el norte a llevar o traer cosas, al puerto de Veracruz o México. Había mucho comercio, la gente compraba a los que iban de paso, incluso había mucho contrabando”.
“Sin embargo”, aclaró, “la llegada del ferrocarril a Monterrey acaba con la economía de la ciudad. Se acaba todo. La gente ahora decía ‘ya para qué vamos a Monterrey si nos traen todas las mercancías’. Entonces, Monterrey se queda varado económicamente y eso dura prácticamente más de cinco años. Todos están asombrados por lo que pasa. La gente incluso comienza a pensar cambiar de cuidad porque ya no había comercio, ni movimiento económico”.
Hasta que finalmente, agregó, hay una reunión histórica en la que autoridades y gente de la iniciativa privada, como se dice coloquialmente “les cae el 20”.
“Y dicen ‘el ferrocarril es un signo de la modernidad, entonces si no nos modernizamos estamos muertos’. Hay que utilizarlo y allí nace la idea de la industria.
“Y comienzan a crearse la Fundidora de Monterrey, la Cervecería, Cementos Mexicanos y lo que conocemos como las grandes industrias; y todas ellas se ubican cerca del ferrocarril”, señaló.
Leopoldo Espinosa Benavides
Ingeniero Civil por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha sido fundador y rector de dos Universidades: Universidad Metropolitana de Monterrey y Universidad Metropolitana de Coahuila. Estudioso de la Historia y la Geografía, presidió la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, A.C.
Es actualmente el cronista oficial de la Ciudad de Monterrey.
Tiene 17 libros publicados y ha impartido conferencias en los niveles local, nacional e internacional.