El presidente ruso Vladimir Putin ordenó este lunes a su ejército entrar en los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, tras haber reconocido su independencia y desafiando las amenazas de sanciones de Occidente en una jugada que puede desatar una guerra con Kiev, que ya fue criticada por el propio Volodimir Zelenski. 

Dos decretos del presidente ruso piden al Ministerio de Defensa que «las Fuerzas Armadas de Rusia (asuman) las funciones de mantenimiento de la paz en el territorio» de las «repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk. Ningún calendario de despliegue ni su magnitud fueron anunciados en los documentos, publicados en el sitio de la base de datos ruso de textos de derecho.

Ningún calendario de despliegue ni su magnitud fueron anunciados en los documentos, cada uno de una página y que fueron publicados en el sitio de la base de datos ruso de textos de derecho. 

Rusia desplegó desde hace dos semanas decenas de miles de soldados en las fronteras de Ucrania que, según los países occidentales, están listos para invadir al vecino. 

«Considero necesario tomar esta decisión, que había madurado desde hace mucho tiempo: reconocer inmediatamente la independencia de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk», dijo Putin en un discurso televisado.

Además, reclamó a Ucrania el cese inmediato de las «operaciones militares, de lo contrario, toda la responsabilidad de un mayor derramamiento de sangre recaerá sobre la conciencia del régimen en territorio ucraniano». El presidente firmó luego acuerdos de «amistad y ayuda mutua» con los territorios.

Esta decisión pone fin al inestable proceso de paz bajo la mediación de Francia y Alemania, que preveía la vuelta de los territorios al control de Kiev a cambio de una amplia autonomía para resolver el conflicto iniciado en 2014 tras la anexión rusa de Crimea y que ha causado más de 14.000 muertes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, convocó su Consejo de Seguridad y Defensa Nacional y conversó con líderes occidentales en busca de apoyo. Tras esas consultas, Zelenski acusó a Rusia de «violación de la soberanía e integridad territorial» de su país y exigió un «respaldo claro» de Occidente para hacerle frente. Aseguró en un mensaje la madrugada del martes que Ucrania no tiene «miedo de nada ni de nadie».