Hace días comentaba con un amigo sobre el regreso de la pesadilla del tráfico vehicular en Monterrey, decía que, aunque durante la pandemia había flujo vehicular, de su casa a su destino de trabajo pocas o nulas fueron las ocasiones que vivió el “atorón” vial.
Sin embargo, este lunes, con el regreso a clases, el salir a la hora de costumbre le llevó 20 minutos más que lo habitual, como experiencia el martes decidió salir 10 minutos antes y, ¡oh sorpresa! Su ruta habitual la recorrió en 20 minutos menos.
En definitivo el escalonar las horas de entradas y salidas de centros de trabajo no es la solución a los problemas de movilidad que vive el área metropolitana de Monterrey, pero si puede aminorar la problemática existente, sobre todo cuando se apertura la economía poco a poco.
El pasado lunes muchos vivieron la pesadilla del regreso a clases en todos los niveles, nos desacostumbramos al caos diario que se vive en las principales avenidas que cruzan la zona metropolitana, no importa de qué municipio sean.
El que los trabajadores o empleados inicien sus labores a diferentes horas sin duda desfogará el tráfico, bajará la contaminación al no propiciar macro estacionamientos en las avenidas ante el lento avance en la circulación y otras tantas ventajas que no suenan mal.
Pero, cómo aparejar el llevar a los hijos a la escuela cuando para ellos no cambia el horario; de qué forma los padres de familia que requieren tomar transporte urbano pueden elegir su horario de trabajo coordinado con el de sus hijos, que también salen de casa y se trasladan de esa manera.
Habrá quien diga que existe el transporte escolar, pero si la madre o el padre debe estar a las 7 en su centro laboral, quién despacha al pequeño; o bien la entrada se corre hasta las 10 de la mañana, pero debe llevar a sus hijos a la escuela antes de las 7:30 y le queda de paso.
Debemos de considerar muchos factores para hacer obligatorio un cambio en los horarios laborales, tampoco podemos hacer que se acomode a la situación de cada persona.
Escalonar horarios es una buena idea, pero más que ello, requiere de un cambio de costumbres en nosotros mismos, la puntualidad no es llegar exacto, salir con tiempo de casa debe volverse un hábito.
También se requiere de compromiso de las autoridades para contar con un transporte público rápido, eficiente, de buena calidad; de vías en buen estado, semaforización sincronizada y atingencia de los cuerpos de seguridad vial cuando sucede un percance.
Cambiemos nuestros hábitos, hagamos que esos 5 o 10 minutos en salir previo de casa, si marquen la diferencia. Hace mucho tiempo que las autoridades proponen, prometen y todo queda igual.