Por: Jorge Maldonado Díaz
Monterrey, NL.- Ha pasado ya más de un mes cuando se pusieron la primera dosis el grupo de los de 50 a 59 y la incertidumbre comienza entre los habitantes del municipio de Guadalupe.
La mayoría de quienes se aplicaron la vacuna contra el Covid-19 comienzan a desesperarse porque pasan los días y temen que el efecto pase y ya no les sirva de nada la protección.
“La verdad es que vemos que programan y programan a otros municipios y nos estamos quedando atrás, Monterrey era el último municipio y ahora ya van más avanzados que nosotros, ellos ya hasta el grupo de los 40 a 49 tienen la primera dosis, ya mero les ponen la segunda y nosotros no tenemos para cuando”, expuso María Espinoza Guerrero.
De acuerdo con la agenda de las autoridades de salud, los días en que se aplicaron la primera dosis fue el 22, 23 y 24 de mayo.
Ya paso un mes con cuatro días y aun no hay fecha para que se prosiga con la aplicación del refuerzo.
La vacuna que se les aplico a el grupo de los 50 a 59 fue la Sinovac, de los laboratorios chinos, una de las que han sido muy cuestionadas por las autoridades europeas y de los Estados Unidos.
“Ya hemos preguntado cuando se fijará la fecha para la segunda dosis y no hay respuesta por parte de las autoridades, el estado ya nos dijo que todo depende del Gobierno Federal
porque es quien lleva la pauta”, asevero, Antonio Palacios.
En repetidas ocasiones se le ha preguntado a Manuel de la O Cavazos, secretario de Salud
en la Entidad y señalo que no está en manos de ellos el protocolo de aplicación.
“No lo sabemos, a nosotros solo nos dicen de un día para otro las fechas y es cuando de inmediato actuamos”, refirió el funcionario estatal.
De acuerdo con los diferentes laboratorios consultados y de acuerdo con lo establecido, cuando una persona es vacunada por primera vez con la vacuna Sinovaac, la segunda dosis debe aplicarse 2 semanas después de la primera, es decir, a os 15 días.
Sin embargo, en el caso de Guadalupe ya paso más de un mes y la desesperación e incertidumbre comienza apoderarse de la gente, pues no saben si en verdad quedaran protegidos o no.