Con mariachis y peluches, amigos, familiares y vecinos de Tláhuac dan el último adiós a la pequeña Fátima, la niña cuyo asesinato ha conmocionado a México.
Bajo una lona amarilla, las veladoras formando el nombre de Fátima, iluminaban la puerta negra que daba entrada al cuarto en dónde los restos de la pequeña eran velados. Afuera, un centenar de personas, entre familiares, amigos y vecinos de esta familia permanecieron sentados y en espera de despedir a Fátima.
Alrededor de la una de la tarde, la misa de cuerpo presente comenzó, oficiada en lo que fue la casa de la menor ultimada en Tulyehualco, familiares y amigos pidieron por el eterno descanso de esta niña, mientras que la Fiscal de la Ciudad de México dijo que se llegará al fondo del caso.
La última información del caso de la menor es que los maestros de la escuela Enrique Rébsamen, de la comunidad de Tulyehualco, alcaldía de Xochimilco, entregaron a Fátima, de siete años de edad, con la mujer que se la llevó porque ya la conocía, informó la fiscal General de Justicia, Ernestina Godoy.
Durante la conferencia de prensa, confirmó que la niña fue víctima de abuso sexual y presentó golpes en diversas partes del cuerpo, además de que en la casa que fue cateada durante la madrugada del domingo, ubicada en Xochimilco, encontraron un costal con manchas de sangre que, de acuerdo con estudios periciales, pertenecen a un hombre.