San Pedro Garza García, NL.- Mujeres jóvenes reforzaron su confianza en las oportunidades de desarrollo de las que se pueden apropiar para convertirse en profesionales de las ciencias, a través de un acercamiento que tuvieron con mujeres científicas y diferentes opciones de estudios dentro del proyecto WILL-STEM: Mujeres en la Ciencia y la Tecnología.
El programa encabezado por la Universidad de Monterrey, apoyado por la Convocatoria para Proyectos de Apropiación Social del Conocimiento de las Humanidades, Ciencias y Tecnologías 2019 del Conacyt, ofreció talleres y mentorías durante los meses de agosto a noviembre del año pasado a 85 mujeres de las preparatorias de Escobedo y García II del CECyTE Nuevo León.
WILL-STEM fue un espacio donde se construyeron entornos de aprendizaje para estas jóvenes a través de un programa de mentoreo realizado en 10 encuentros, con la participación de 40 mujeres profesionales, cuatro visitas a universidades y cuatro excursiones a entornos informales de aprendizaje (planta de manejo de residuos Simeprode y Parque Eólico Santa Catarina), superando las metas originalmente propuestas.
Jenny Díaz Ramírez, responsable técnico del proyecto ante el Conacyt y profesora de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías de la UDEM, explicó que el nombre del proyecto proviene de STEM (siglas en inglés de Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas) y la participación de la Fundación Olascoaga, con la experiencia en el desarrollo e implementación de una metodología de mentoría en Educación para el Desarrollo Sostenible aplicada en mujeres jóvenes, denominada metodología WILL (Women investing in their lives).
Además de la alianza con la Fundación Olascoaga y las escuelas del CECyTE Nuevo León, la UDEM, con la colaboración del Tecnológico de Monterrey, aportaron el talento de sus profesores y estudiantes de Ingeniería en su servicio social como talleristas: 11 de esta casa de estudios, de los cuales siete fueron mujeres; y 17 del Tec, 15 de ellos, mujeres; además de la intervención de 14 aliados implementadores, de los cuales 11 fueron mujeres.
Díaz Ramírez indicó que el programa ayudó a que las mujeres jóvenes identificaran más carreras de ciencias y algunas de ellas consideraran continuar estudiando uno de los planes académicos.
“El programa WILL STEM ayudó a incrementar la confianza y autoestima en las aprendices, la conciencia de su propia capacidad, la convivencia y la decisión de seguir estudiando después de la preparatoria”, asentó.
La catedrática señaló que, con las asesorías, también disminuyó su miedo al fracaso y a identificar modelos de vida cercanas, pero diferentes a su ámbito familiar.
“En este sentido las historias de vida de las mujeres profesionales como referentes para mujeres jóvenes jugaron un papel fundamental”, afirmó.
Como parte de las actividades de la segunda y última sesión del proyecto, en las preparatorias se aplicaron dos encuestas en diferentes momentos: 100 encuestas de entrada y 72 encuestas de salida.
La profesora señaló que, antes de iniciar el programa, las alumnas identificaron un promedio de 0.93 y 1.05 de carreras STEM correctamente, en las preparatorias de Escobedo y García, respectivamente; mientras que al finalizar, estos números subieron a 2.5 y 1.9, respectivamente.
Mientras que la proporción de alumnas a las que les gustaría estudiar una carrera en ciencias era inicialmente alrededor del 5 % en ambas preparatorias, al finalizar el programa, esta proporción subió al 27 % y 39 % en Escobedo y García, respectivamente.
“Las alumnas reconocen que el proyecto les permitió conocer nuevas carreras, querer seguir estudiando y tener más confianza en ellas mismas; también ayudó a cambiar la percepción que tenían sobre las mujeres científicas”, indicó.
Díaz Ramírez subrayó que la participación de las mentoras, los talleres y salidas de campo y a las universidades, fueron parte de las razones que motivaron a las jóvenes a cambiar su decisión respecto a la selección de una carrera STEM.
______________________________________