La defensiva de los Philadelphia Eagles impuso su ley en el Super Bowl LIX y llevó al equipo a su segundo título en la historia, cobrando venganza contra los Kansas City Chiefs con una contundente victoria de 40-22. Con una actuación dominante que incluyó seis capturas, dos intercepciones y un balón suelto recuperado, los Eagles neutralizaron por completo a Patrick Mahomes y su ofensiva, impidiéndoles entrar en ritmo.

Sin embargo, la ofensiva de Philadelphia también brilló con luz propia. Jalen Hurts, en una actuación casi perfecta, completó 17 de 22 pases para 221 yardas aéreas, sumó 72 por tierra y registró tres anotaciones, una de ellas por la vía terrestre.

Un inicio arrollador

Desde la primera serie ofensiva, los Eagles marcaron el tono del partido. Un castigo por rudeza innecesaria les permitió avanzar hasta territorio rival, donde Hurts conectó con Jahan Dotson para posicionarse a una yarda de la zona de anotación. Philadelphia no desaprovechó la oportunidad y ejecutó su característico tush push para que su mariscal de campo consiguiera su décimo touchdown terrestre de la temporada.

En el segundo cuarto, la defensiva de los Eagles mostró su poderío. Mahomes intentó escapar de la presión, pero su pase fue interceptado por Cooper DeJean, quien devolvió el ovoide hasta las diagonales para un pick six que puso el 17-0 en el marcador.

Minutos después, Kansas City volvió a sufrir con la agresiva defensa de Philadelphia. Zack Baun leyó a la perfección un pase de Mahomes y logró la segunda intercepción del juego. Con una posición de campo inmejorable, los Eagles capitalizaron de inmediato con un pase de Hurts a A.J. Brown para ampliar la ventaja a 24-0 antes del descanso.

Dominio absoluto en la segunda mitad

La superioridad de los Eagles continuó en el tercer cuarto. Un gol de campo estiró aún más la ventaja, y poco después, Hurts lanzó un pase profundo para DeVonta Smith, quien selló el 34-0 en lo que parecía una diferencia irremontable.

Kansas City logró reaccionar en el último periodo con una anotación de Xavier Worthy, pero la ofensiva de Philadelphia respondió con otro gol de campo. En los minutos finales, los Chiefs consiguieron dos touchdowns más por conducto de DeAndre Hopkins y nuevamente Worthy, maquillando el marcador hasta el 40-22 final.

Una venganza consumada

Tras la derrota sufrida ante los Chiefs en el Super Bowl LVII, los Eagles regresaron a la gran cita con un equipo renovado y una defensiva implacable. La estrategia funcionó a la perfección, y ahora Philadelphia celebra su segundo anillo de campeón en la NFL.

Mientras los Eagles disfrutan la gloria, Kansas City cierra una temporada en la que buscará ajustes para regresar con fuerza el próximo año.