Los Ángeles, California.- La oficina del médico forense del condado de Los Ángeles confirmó este sábado por la noche que el número de muertos a causa de los incendios forestales que afectan la región ha aumentado a 16. De estas muertes, cinco están relacionadas con el incendio Palisades y 11 con el incendio Eaton. Las autoridades advirtieron que la cifra podría seguir incrementándose conforme continúan las labores de búsqueda en las áreas devastadas.

Equipos de emergencia realizan búsquedas sistemáticas con perros rastreadores en los vecindarios arrasados por las llamas. El jefe policial del condado, Robert Luna, informó que también se estableció un centro de asistencia familiar en Pasadena para ayudar a las personas a reportar desaparecidos.

Luna enfatizó la importancia de respetar los toques de queda y evitar el ingreso a las zonas restringidas.

Manténganse alejados. Entendemos que esto es extremadamente estresante, pero necesitamos cooperación para superar esta crisis”.

Mientras tanto, los bomberos intensifican sus esfuerzos para contener el avance de las llamas, especialmente en el incendio Palisades, ubicado cerca del campus de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y del Museo J. Paul Getty. Helicópteros lanzan agua sobre las laderas cubiertas de chaparrales, mientras los equipos en tierra intentan frenar el avance del fuego.

Tenemos que ser agresivos allí”, declaró Christian Litz, jefe de operaciones de CalFire.

El Servicio Meteorológico Nacional alertó sobre el posible regreso de los vientos Santa Ana, conocidos por intensificar los incendios forestales. Estos vientos podrían empujar las llamas hacia áreas densamente pobladas, incluyendo las colinas de Hollywood y el Valle de San Fernando. Actualmente, los incendios han consumido más de 145 kilómetros cuadrados y destruido alrededor de 12,000 estructuras.

El gobernador Gavin Newsom ordenó investigar por qué un reservorio de agua de 440 millones de litros estaba fuera de servicio y por qué algunos hidrantes carecían de agua. Kristin Crowley, jefa de bomberos de Los Ángeles, criticó la falta de financiamiento para el combate contra incendios y denunció problemas logísticos.

Cuando un bombero llega a un hidrante, esperamos que haya agua”, afirmó.

La tragedia también ha dado lugar a gestos de solidaridad. Centros de donación, como el YMCA en Koreatown y la pista de carreras del parque Santa Anita, recibieron una avalancha de voluntarios y donaciones de artículos de primera necesidad. Sin embargo, algunos voluntarios fueron rechazados debido a la alta participación.

Las autoridades han instado a los residentes a evitar el regreso a las áreas afectadas, advirtiendo sobre los peligros de las cenizas tóxicas que podrían contener plomo, arsénico y asbesto. Los residentes solo podrán regresar una vez que los equipos de evaluación de daños hayan inspeccionado las propiedades y proporcionado equipos de protección adecuados.

Según estimaciones preliminares de AccuWeather, los daños y pérdidas económicas podrían oscilar entre 135,000 y 150,000 millones de dólares, lo que podría convertir a estos incendios en los más costosos en la historia de Estados Unidos.

En medio de la devastación, los equipos de emergencia continúan trabajando sin descanso, enfrentando una lucha desigual contra las llamas mientras miles de personas permanecen bajo órdenes de evacuación. La tragedia sigue marcando a California, recordando la urgencia de tomar medidas preventivas para mitigar los efectos de futuros incendios forestales.