Por: Jorge Maldonado Díaz

Porque Nuevo León ha alcanzado el deshonroso tercer lugar por casos de agresiones entres integrantes de la familia, la bancada de Movimiento Ciudadano presentó una iniciativa de reforma a diversos artículos de la Ley de Prevención y Atención Integral de la Violencia Familiar en el Estado de Nuevo León.

El diputado Armando Víctor Gutiérrez Canales, aseguró que su propuesta busca abordar la creciente problemática de la violencia familiar.

Al hacer uso de la palabra, el legislador de la bancada naranja señaló que en lo que va del año ha registrado 14 mil 782 carpetas de investigación, según la Fiscalía General de Justicia Estatal.

La violencia familiar se refiere a cualquier acto de violencia que ocurra dentro del núcleo familiar o en relaciones íntimas. Esta violencia puede manifestarse de diversas formas, y puede afectar a cualquier miembro de la familia, independientemente de su edad o género, y tiene graves consecuencias tanto para las víctimas como para el entorno familiar en general”. 

“La violencia familiar no solo afecta a las víctimas directas, sino que también impacta en las generaciones futuras, perpetuando un ciclo de violencia”, señaló el legislador emecista. 

Gutiérrez Canales enfatizó la necesidad de un enfoque integral que incluya educación, concientización y políticas públicas coordinadas, promoviendo una cultura de no violencia.

Entre los principales objetivos de la iniciativa se encuentran la actualización de definiciones sobre tipos de violencia, incluyendo la violencia vicaria, y la creación de mecanismos de protección para las víctimas.

El diputado de Movimiento Ciudadano afirmó que la propuesta es un paso crucial para garantizar la seguridad y los derechos humanos de las familias en Nuevo León.

La violencia familiar es un tema clave para la protección de los Derechos Humanos y la promoción de la equidad. El papel del Poder Legislativo en este sentido es crear marcos legales sólidos que prevengan, sancionen y erradiquen la violencia familiar, así como garantizar mecanismos efectivos de protección para las víctimas”.

“Consideramos que este círculo de violencia debe apoyarse psicológicamente tanto a las víctimas como al agente agresor, para de esta forma romper con el círculo de violencia”, dijo.