El resurgimiento del huracán John ha dejado un saldo devastador en el estado de Guerrero, con la muerte de cinco personas, severas inundaciones en la zona Diamante de Acapulco y el cierre de vías estratégicas como la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo.

Este jueves, John volvió a fortalecerse, alcanzando la categoría 1 tras haberse degradado a baja presión remanente a principios de semana. El fenómeno meteorológico ha golpeado con fuerza las costas del Pacífico, afectando tanto a Guerrero como a Michoacán.

 

En la capital del estado, Chilpancingo, 60 personas fueron evacuadas de la comunidad de Azinyahualco debido a deslizamientos de tierra que dañaron sus viviendas. Los evacuados, entre los que se encuentran niños y adultos mayores, han sido alojados en refugios temporales en la comunidad de El Ocotito.

El río Huacapa, que atraviesa Chilpancingo, ha alcanzado niveles alarmantes. En colonias cercanas a la presa Cerrito Rico, cuya apertura de compuertas ha intensificado el caudal, el agua arrasó con dos puentes vehiculares y tres viviendas. Vecinos afectados reportan que las autoridades les pidieron evacuar durante la madrugada, pero las condiciones de las vías han dificultado su salida.

El huracán John ha causado lluvias torrenciales en la Costa Chica, Acapulco, Montaña, Centro y ahora Costa Grande, provocando inundaciones, deslaves y cortes en caminos y carreteras. Hasta ahora, se reportan cinco víctimas mortales, siendo el caso más reciente el de una niña de cuatro años que falleció en la colonia Lázaro Cárdenas de La Sabana, Acapulco, cuando su vivienda fue sepultada por un deslizamiento de tierra.

En otros incidentes, una mujer de 37 años y un menor de 10 murieron el martes en Tlacochistlahuaca tras el colapso de una habitación. En Malinaltepec, Rufina López falleció al desplomarse una barda sobre su hogar, mientras que en Ocotitlán, un hombre de 28 años perdió la vida al ser aplastado por una pared durante la madrugada.

La zona Diamante de Acapulco, que el año pasado sufrió los embates del huracán Otis, amaneció completamente inundada. Fraccionamientos, residencias y áreas comerciales se han visto gravemente afectadas. La zona de desastre abarca desde el aeropuerto, Puerto Marqués, hasta Llano Largo, con personas atrapadas en sus hogares pidiendo ser rescatadas en lanchas.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortó el suministro eléctrico en varias zonas afectadas de Acapulco, dejando a 1,170 usuarios sin luz, mientras que Protección Civil coordina los esfuerzos para garantizar condiciones de seguridad antes de restablecer el servicio.

Las comunidades rurales de Cacahuatepec también enfrentan una grave situación. El desbordamiento del río Papagayo ha dejado incomunicadas a 47 localidades, afectando a más de 25,000 personas que ahora carecen de acceso a servicios básicos.

El colapso de puentes y derrumbes en carreteras ha paralizado el tránsito en la región. La carretera federal Acapulco-Zihuatanejo fue cortada a la altura de Técpan de Galeana después de que un río arrastrara el puente de El Cuajilote, dejando incomunicada a la Costa Grande.

A su vez, el transporte en Acapulco ha quedado suspendido: el aeropuerto, el sistema de transporte Acabús y las líneas de autobuses comerciales han detenido sus operaciones por seguridad. La conectividad entre localidades rurales y urbanas sigue comprometida, y 14 comunidades de Tlacochistlahuaca permanecen aisladas debido a las condiciones meteorológicas.

Las autoridades de Protección Civil han intensificado el monitoreo en todas las zonas afectadas, implementando planes de respuesta para evaluar y mitigar los daños. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y se espera que las lluvias continúen en las próximas horas. Se ha pedido a la población seguir las recomendaciones y mantenerse en zonas seguras mientras persisten las condiciones adversas provocadas por el huracán John.