El huracán John tocó tierra la noche del lunes en la costa del Pacífico mexicano, específicamente en las cercanías de Marquelia, Guerrero, con vientos sostenidos de hasta 195 kilómetros por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.

El fenómeno, clasificado como categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, ha encendido las alarmas en las autoridades locales y federales debido a su potencial destructivo.

El impacto inicial ocurrió alrededor de las 21:15 horas (tiempo local), momento en el que los residentes de las zonas costeras de Guerrero y Oaxaca ya habían sido alertados ante el riesgo de lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de un mensaje difundido en redes sociales, instó a la población a tomar todas las precauciones necesarias, haciendo un llamado especial para evacuar a zonas más seguras.

No olviden que la vida es lo más importante, las cosas materiales se pueden reemplazar”, escribió el mandatario.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) advirtió que las precipitaciones podrían superar los 250 milímetros en algunas áreas, catalogando las lluvias como “extraordinarias”.

Además, se prevén marejadas ciclónicas peligrosas y posibles inundaciones repentinas en los estados afectados.

Ante estas condiciones, se ha activado una alerta roja en varias regiones de Guerrero y Oaxaca, lo que implica una vigilancia extrema y la necesidad de evacuaciones en comunidades vulnerables.

El CNH indicó que, aunque John comenzó a debilitarse al avanzar hacia el interior del país, los riesgos continúan debido a las montañas del sur de México, que pueden causar precipitaciones intensas y desbordes de ríos. Las autoridades de Protección Civil han reforzado los operativos para atender a la población afectada, mientras que refugios temporales han sido habilitados en puntos estratégicos para albergar a los evacuados.

El golpe de John llega al estado de Guerrro luego de que en octubre de 2023 el balneario de Acapulco sufrió el paso del huracán Otis, que fue el ciclón más fuerte de la pasada temporada, que tocó tierra el 25 de octubre como huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 260 km/hora, causando al menos 51 muertos y 34 desaparecidos, y pérdidas de unos 3.200 millones de dólares.

Las autoridades estatales y federales continúan monitoreando la trayectoria de John, con la esperanza de que el ciclón pierda fuerza a medida que avanza tierra adentro, aunque las próximas horas serán cruciales para determinar el alcance de los daños en las comunidades afectadas.