El secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, informó este martes sobre un saldo de 32 muertos y 30 detenidos tras la ola de violencia desatada en Sinaloa luego de la captura de Ismael «El Mayo» Zambada, uno de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa.

Los enfrentamientos, que comenzaron hace una semana, han generado preocupación en la región debido a la magnitud de las agresiones perpetradas por grupos del crimen organizado.

Durante la conferencia matutina del Gobierno, el general Sandoval detalló que dos militares perdieron la vida y otros nueve resultaron heridos en medio de 13 ataques armados, nueve de ellos dirigidos contra el Ejército y cuatro contra la Guardia Nacional. Asimismo, informó que de las 32 personas fallecidas, 30 eran civiles, con 22 decesos registrados en la ciudad de Culiacán, epicentro de los enfrentamientos.

Para enfrentar la escalada de violencia, el Gobierno mexicano ha desplegado a más de dos mil efectivos de las Fuerzas Armadas en Sinaloa, acompañados de 50 vehículos terrestres, seis aviones y cinco helicópteros artillados. Según Sandoval, los operativos han resultado en la confiscación de 115 armas largas, 14 cortas, dos granadas, 14 vehículos blindados y una patrulla falsa, así como otros 59 vehículos.

A pesar de estas acciones, las tensiones continúan. Los enfrentamientos han involucrado tanto a facciones del cártel como a las autoridades, lo que ha aumentado la inseguridad en la región.

Según la versión oficial, la violencia se recrudeció a partir de septiembre, cuando surgió una pugna pública entre las facciones de «Los Chapitos» (hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán) y «Los Mayos», que habían mantenido una relativa calma durante las primeras semanas tras la captura de Zambada en julio.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha seguido de cerca la situación, llamó a los medios de comunicación a evitar el sensacionalismo y el amarillismo en la cobertura de los hechos, subrayando que la prioridad del Ejército es proteger a la población civil.

«La gente de Sinaloa debe tener confianza en que estamos ahí y seguiremos hasta que sea necesario», afirmó el mandatario.

Sin embargo, la polémica no ha cesado. Las declaraciones del comandante de la Tercera Región Militar, Jesús Leana Ojeda, generaron controversia el lunes, cuando afirmó que el fin de la violencia «no depende de las Fuerzas Armadas», sino de que los grupos antagónicos pongan fin a sus disputas. Este comentario fue criticado por algunos sectores, al considerar que refleja la incapacidad del Gobierno para controlar la situación.

En respuesta, López Obrador matizó estas declaraciones y reiteró que la estrategia de su Gobierno se centra en proteger a la población y en evitar más enfrentamientos entre los cárteles. Asimismo, el general Sandoval aseguró que se han intensificado las actividades de inteligencia en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia y la Fiscalía General de la República, con el fin de emitir órdenes de aprehensión contra los líderes que generan la violencia.