El Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado la suspensión de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, propiedad del magnate tecnológico Elon Musk.
La decisión fue tomada por el juez Alexandre de Moraes después de que la plataforma no cumpliera con la orden de designar un representante legal en Brasil, exigida por el Supremo Tribunal Federal (STF).
La orden, que fue emitida con un plazo de 24 horas, no fue acatada por Musk, lo que llevó al juez De Moraes a ejecutar la suspensión de la plataforma. A pesar de que X aún está operativa en Brasil, se espera que en las próximas horas los operadores de internet bloqueen el acceso a la red social, en cumplimiento con la notificación enviada por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
Además, la orden incluye la eliminación de la aplicación de X de las tiendas digitales App Store y Google Play Store en un plazo de cinco días. Se han impuesto multas de hasta 9,000 dólares diarios para aquellos que intenten acceder a la plataforma mediante el uso de redes privadas virtuales (VPN) o cualquier otro medio que evada el bloqueo.
El juez De Moraes justificó su decisión señalando que el incumplimiento de Musk era un intento deliberado de eludir la jurisdicción brasileña, promoviendo así un ambiente de «total impunidad». De Moraes también argumentó que X estaba siendo utilizada por grupos extremistas para difundir discursos de odio, lo que representaba un grave riesgo para el orden democrático en Brasil.
Por su parte, Elon Musk, conocido por su postura en defensa de la libertad de expresión, criticó duramente la decisión a través de su plataforma, calificando a De Moraes de «pseudojuez» y acusándolo de destruir la democracia con fines políticos. Musk también lanzó acusaciones contra el gobierno brasileño, tildándolo de «opresivo» y afirmando que busca silenciar cualquier forma de disidencia.
La respuesta a estas declaraciones no se hizo esperar. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recordó que todas las personas y empresas que operan en Brasil deben respetar las leyes y la Constitución del país. Lula enfatizó que Musk, a pesar de su influencia y poder económico, no está exento de cumplir con las normas legales establecidas.
Este conflicto entre Musk y el sistema judicial brasileño se remonta a la investigación liderada por De Moraes sobre la difusión de noticias falsas en el país, en la cual X y su propietario han sido implicados por presunta obstrucción a la justicia y organización criminal. Las tensiones se intensificaron cuando Musk se negó a eliminar cuentas vinculadas a seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, quienes, según De Moraes, propagaban desinformación y cuestionaban la integridad del sistema electoral brasileño.
En respuesta a las acciones judiciales, X decidió cerrar su oficina en Brasil el 17 de agosto, citando preocupaciones sobre la seguridad de su representante legal. La empresa también ha alegado que su intento de defenderse en los tribunales fue recibido con amenazas de encarcelamiento y congelación de cuentas bancarias.