La ciudad de París hizo historia este 28 de agosto al inaugurar por primera vez los Juegos Paralímpicos, transformando sus icónicos Campos Elíseos y la Plaza de la Concordia en el epicentro de una ceremonia que celebró la inclusión, la diversidad y el espíritu de superación.
El evento, que congregó a 4,400 atletas paralímpicos de 184 delegaciones, fue una espectacular muestra de creatividad y emoción.
Bajo la dirección artística de Thomas Jolly, la ceremonia se destacó por su innovador uso de los espacios públicos más emblemáticos de París, rompiendo con la tradición de celebrar la apertura en un estadio. Más de 65,000 espectadores se reunieron para presenciar un despliegue de talento, cultura y orgullo nacional.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio la bienvenida oficial a los participantes y espectadores, marcando un momento histórico para la ciudad que acoge su primer evento multideportivo de esta naturaleza.
“París se enorgullece de ser la sede de unos Juegos que celebran el coraje, la perseverancia y el espíritu humano», declaró Macron en su discurso de apertura.
El desfile de las delegaciones comenzó con Afganistán y concluyó con Francia, el país anfitrión.
Entre los momentos más destacados estuvo la aparición del equipo mexicano, que desfiló con trajes adornados con elementos tradicionales, incluyendo máscaras de luchadores y sarapes, simbolizando la rica cultura del país.
El clímax de la noche llegó con el encendido del pebetero paralímpico, una tarea llevada a cabo por los paratletas franceses Charles-Antoine Kouakou, Nantenin Keita, Fabien Lamirault, Alexis Hanquinquant y Elodie Lorandi. Este acto simbólico marcó el inicio oficial de la decimoséptima edición de los Juegos Paralímpicos, prometiendo once días de competencias llenas de emoción y desafíos.
El recorrido de la ceremonia a través de los Campos Elíseos hacia la Plaza de la Concordia incluyó cuatro etapas con diversas presentaciones artísticas, cada una representando un aspecto del espíritu paralímpico y la celebración de la diversidad humana. La elección de estos espacios icónicos subrayó el compromiso de París con la accesibilidad y la inclusión, proyectando un poderoso mensaje al mundo.