La Bolsa de Nueva York vivió un lunes negro con la peor caída del Dow Jones desde 2022, desplomándose un 2.60%.
El Nasdaq y el S&P 500 también sufrieron pérdidas significativas, cayendo 3.43% y 3% respectivamente. La volatilidad del mercado, medida por el índice VIX, alcanzó niveles no vistos desde marzo de 2020.
Los temores de recesión en Estados Unidos, alimentados por un débil informe de empleo y la apreciación del yen, generaron una ola de ventas que impactó a mercados globales. Europa y Asia también registraron fuertes descensos, con el Nikkei de Tokio cayendo un 12.4%, su peor registro desde 1987.
La situación económica ha llevado a los inversores a refugiarse en bonos del gobierno estadounidense, cuyas tasas alcanzaron mínimos históricos.
El impacto en los mercados europeos fue significativo, con París, Londres, Frankfurt, Madrid y Milán registrando caídas considerables.
En Asia, la situación fue aún más grave, especialmente en Tokio y Seúl.
La combinación de factores económicos y geopolíticos, incluyendo la posible represalia iraní tras recientes conflictos, ha exacerbado la volatilidad del mercado.
A pesar de los temores, algunos analistas mantienen una perspectiva optimista, pronosticando un «aterrizaje suave» para la economía estadounidense.