Durante la reciente cumbre en Washington, los líderes de la OTAN han diseñado una estrategia «a prueba de Trump» con el objetivo de continuar el apoyo a Ucrania y proteger la integridad de la Alianza ante la posible reelección del expresidente Donald Trump.
Aunque Trump no asistió a la cumbre, su influencia fue palpable, con los mandatarios planeando medidas para asegurar que la Alianza Atlántica permanezca fuerte incluso si Estados Unidos vuelve a estar dirigido por un escéptico de la organización. Una de las principales acciones fue integrar los elementos clave de la ayuda a Ucrania bajo el paraguas de la OTAN, minimizando así la dependencia de Washington, que actualmente aporta la mayor parte de los recursos.
Recientemente, se eligió a Mark Rutte como nuevo secretario general de la OTAN, reconociendo su habilidad para negociar y gestionar coaliciones. Rutte, quien asumirá el cargo el 1 de octubre, tiene una relación cordial con Trump, lo cual podría ser beneficioso para la Alianza en un posible escenario de retorno del expresidente estadounidense.
En la cumbre, los líderes también impulsaron un aumento en el gasto en defensa, un punto de fricción recurrente con Trump, quien en su mandato anterior criticó a los miembros por no cumplir con sus compromisos financieros. Este aumento busca apaciguar esas críticas y asegurar una mayor cohesión dentro de la Alianza.
El actual secretario general, Jens Stoltenberg, enfatizó la necesidad de mantener un compromiso continuo dentro de la OTAN, comparándolo con un matrimonio que requiere esfuerzo diario para mantenerse fuerte.
Plan de Apoyo a Ucrania
En un esfuerzo por asegurar el apoyo continuo a Ucrania, la OTAN ha decidido que el comandante supremo para Europa (Saceur), el general estadounidense Christopher G. Cavoli, coordinará la entrega de ayuda desde una base en Alemania y nodos logísticos en Rumanía, Eslovaquia y Polonia. Kiev se encargará de la distribución dentro de su territorio.
Además, los aliados se comprometieron a proporcionar a Ucrania un mínimo de 40 mil millones de euros para equipos militares en 2025, buscando asegurar el apoyo financiero más allá de las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
Reconocimiento a las Críticas de Trump
En un gesto de reconocimiento, varios participantes en la cumbre admitieron que Trump tenía razón al exigir un mayor compromiso financiero de los miembros de la OTAN. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, declaró que Trump, a su manera, lanzó una advertencia que se ha demostrado acertada tras la guerra en Ucrania.
Desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, los países de la OTAN han aumentado su gasto militar significativamente. Este año, 23 de los 31 miembros de la Alianza alcanzarán o superarán el objetivo del 2% del PIB en gasto militar, comparado con solo siete países que habían llegado a esa meta antes de la invasión y un año después de que Trump dejara la Casa Blanca.