El ataque se dio en el hospital al-Ahli, cuyo director Hassan Kkalaf, informó que el hospital estaba ardiendo, al tiempo que el Ejército israelí se deslindó del ataque, y acusó al grupo Yihad Islámica Palestina como responsable.
«Analizamos los sistemas de operación. El enemigo lanzo varios cohetes a Israel a las 19:10 y algunos quedaron cortos explotando en el hospital de Gaza», informó en su cuenta de X Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel.
En tanto que Hamas culpó a Israel por el ataque.
«Pedimos a la comunidad internacional y a los países árabes e islámicos que asuman sus responsabilidades e intervengan inmediatamente ahora para detener la arrogancia de la ocupación y su ejército fascista», ordenaron.
Si se confirma, el atentado sería el ataque aéreo israelí más mortífero en cinco guerras libradas desde 2008.
«La masacre en el Hospital Árabe al-Ahli no tiene precedentes en nuestra historia. Si bien hemos sido testigos de tragedias en guerras y días pasados, lo que ocurrió esta noche equivale a un genocidio«, dijo el portavoz Mahmoud Basal.
Codena OMS ataque
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, condenó el ataque y pidió la «protección inmediata de los civiles», así como la «revocación de las órdenes de evacuación de Israel«.
«Estábamos operando en el hospital, hubo una fuerte explosión y el techo cayó sobre el quirófano. Esto es una masacre», narró el Doctor Ghassan Abu Sittah, de Médicos Sin Fronteras (MSF), quien se encontraba en el hospital Ahli Arab cuando ocurrió el ataque.
La organización condenó el bombardeo y dijo que «nada justifica este espantoso ataque contra un hospital y sus numerosos pacientes y trabajadores sanitarios, así como contra las personas que buscaban refugio ahí».
«Estamos horrorizados por el reciente bombardeo de Israel al hospital Ahli Arab de la ciudad de Gaza, que atendía a pacientes y acogía a personas desplazadas gazatíes. Se trata de una masacre. Es absolutamente inaceptable», dijo la organización en un pronunciamiento sobre lo ocurrido.
«Los hospitales no son un objetivo. Este derramamiento de sangre debe terminar. Ya es demasiado».