La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos aprobó una serie de refuerzos contra el Covid, producidos por Pfizer-BioNtech y Moderna y serán expendidas en farmacias y sistemas de salud de ese país.
La aplicación de los biológicos se realizará junto con la vacuna contra la gripe estacional y las inyecciones para proteger a los bebés y adultos mayores del virus respiratorio R.S.V., que puede ser potencialmente mortal.
Las autoridades de salud esperan que el próximo invierno no presente una avalancha de pacientes que sature los hospitales.
Sin embargo, un invierno sin problemas de salud está lejos de estar garantizado: en el último año, sólo el 20 por ciento de los adultos en Estados Unidos ha recibido la vacuna actualizada contra el Covid.
Algunos expertos ven esta estadística con poco alarmismo, ya que el número de muertes por Covid se ha reducido considerablemente en el último año gracias a una población cada vez más inmune y a tasas de vacunación más altas entre los adultos mayores.
Otros consideran que este año es una oportunidad para proteger a personas más vulnerables contra enfermedades graves o la muerte.
La FDA otorgó la aprobación completa para las nuevas fórmulas para personas de 12 años en adelante y las autorizó para proteger a los bebés de seis meses en adelante hasta los 11 años. La vacuna de Pfizer fue autorizada en la Unión Europea para personas de 6 meses en adelante el 31 de agosto.
Las vacunas contra el Covid se están implementando en el Reino Unido esta semana, con las primeras dosis destinadas a las personas de mayor riesgo en hogares de cuidado, personas de 65 años en adelante y al personal de salud y social.
La campaña de vacunación también será la primera desde el fin de la emergencia de salud pública, que expiró en mayo.
En años anteriores, el Gobierno de Estados Unidos compró cientos de millones de dosis de vacunas y las distribuyó de forma gratuita. Este año, se espera que los seguros privados y los programas gubernamentales como Medicare, que cubren a la gran mayoría de los estadounidenses, proporcionen las vacunas de forma gratuita a las personas.
Sin embargo, la pregunta que persiste es si el mercado privado de hospitales, clínicas y farmacias podrá ajustar sus pedidos de vacunas para tener un suministro realista. Los expertos no están seguros de cuánta demanda habrá para las últimas dosis.