Celebrado como una invitación a reflexionar sobre el daño que causamos al planeta y la necesidad de revertirlo, este martes se recuerda la importancia del cuidado de nuestro entorno.
Esta conmemoración fue establecida oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, pero sus raíces se remontan a casi medio siglo antes.
Visibilizar los problemas ambientales urgentes y fomentar acciones que promuevan la sostenibilidad, desde el ámbito personal hasta el político, es el objetivo primordial de esta celebración.
Fue en la década de los 60 el senador estadounidense Gaylord Nelson impulso un movimiento nacional de conciencia ambiental.
En medio de un auge industrial sin controles ecológicos, Nelson organizó el 22 de abril de 1970 una manifestación que reunió a más de 20 millones de personas en Estados Unidos.
Fue una movilización sin precedentes que puso en la agenda política temas como la contaminación del aire y el agua, el uso indiscriminado de pesticidas y la necesidad de proteger la biodiversidad. Este evento sentó las bases para la creación de agencias ambientales y nuevas leyes de protección ecológica en ese país.
La conmemoración sigue siendo más necesaria que nunca. Vivimos en un contexto marcado por el calentamiento global, la pérdida acelerada de especies, la contaminación de los océanos y un modelo de consumo que agota los recursos naturales. La ciencia ya no habla de escenarios futuros: los efectos de la crisis ambiental son visibles y afectan tanto a la salud del planeta como a la de los seres humanos.