Monterrey, N.L.- «No estoy convencido de que haya un ahorro… yo no conozco estadísticas que te digan a ciencia cierta cuánto ahorra una casa habitación promedio», comentó el ecologista Guillermo Martínez Berlanga, respecto a los «beneficios» que se dan con el cambio de horario de verano en México.

El horario de verano en la República Mexicana se ha establecido conforme al supuesto de una nueva racionalidad económica; ésta involucrada al ahorro de energía mediante el aprovechamiento óptimo de la luz solar al igual que de una mayor homogeneidad de tiempos con los países con los que México tiene acuerdos comerciales para facilitar, especialmente, las transmisiones financieras y los viajes.

A pesar de que se aprovecha la luminiscencia del sol para evitar el uso de fuentes artificiales, la realidad es que actualmente en muchos hogares se utilizan otros electrodomésticos y aparatos que consumen electricidad, por lo que la balanza se nivela y no se sabe a ciencia cierta si existe algún ahorro.

Puede resultar desalentador enterarnos que durante y después de la transición entre horarios, la posibilidad de poder ahorrar es muy baja.

El cambio de horario, visto desde el supuesto del ahorro de energía, tiene implicaciones muy profundas. Casi todas ellas presentan una clara connotación económica, pero también impactan factores de comportamiento humano como la alimentación, la seguridad pública o la reorganización y la actividad familiar.

Así, si el sacrificio de dormir menos se traduce en un ahorro del gasto monetario energético de las familias, la medida definitivamente carece de respaldo social.

«Los científicos en Kyoto (en el 97 cuando se lanzó el protocolo de Kyoto) dijeron hay que actuar mañana, el cambio climático nos va a alcanzar, pero los políticos dijeron vamos a seguir deforestando, contaminado, acidificando los océanos», comentó Martínez Berlanga respecto a los contaminantes que emiten las personas y gobierno independientemente de su intento de ecologizar más durante el cambio de horario.

¿Qué diferencias hay entre México y otros lugares sobre el cambio de horario?

«Los países Europeos que han sufrido los efectos de las guerras se ahorran esto (refiriéndose al uso excesivo de contaminantes desechables), está es la diferencia entre sobrevivir tres días o no, y aquí somos una sociedad desperdiciada, poco consiente de que el ahorro de energía es fundamental. Para producir un litro de agua es un «broncón», y para producir 10 kilovatios es otro «broncón», y ninguna de esas cosas las estamos haciendo bien», agregó el ecologista.

No todos los países del mundo se han adherido al cambio de horario.

Aunque en Europa es tradición hacerlo en primavera y en otoño, en Bielorrusia y la parte europea de Rusia, no se realiza el cambio.

El resto de países del mundo se han acogido al cambio horario en algún momento de su historia pero, actualmente, sólo 70 países lo llevan a cabo.

Sin embargo, Japón es el único país industrializado que no lo ha tenido en cuenta nunca en su historia.

Es importante destacar que incluso dentro de México, el cambio de horario no es igual para toda la República. Sonora y Quintana Roo no tienen horario de verano así que no experimentan los dos cambios de horario anuales a los que está acostumbrado el resto del país.

Además, la franja fronteriza con Estados Unidos aplica el cambio de horario a destiempo, para siempre estar en sincronía con el horario del país vecino.

Científicos y expertos sí están de acuerdo en una cosa: es necesario poner en marcha políticas fuertes de medidas de ahorro energético a través de las energías renovables dejando en un segundo plano el  tema de la hora.

¿Cambio de horario, sinónimo de ahorro de energía?

A lo largo y ancho del planeta se han establecido los cambios de hora por «beneficios» económicos, pero actualmente no está tan claro que eso sea cierto.

«¿Por qué ahorro y no gasto?, […] te puedes ahorrar $700 pesos en luz eléctrica durante  el día, pero ¿durante la noche?», cuestionó Martínez Berlanga.

¿Es un hecho el ahorro de energía eléctrica si el sol sale una hora antes por las mañanas?, los expertos aseguran que realmente esto, a lo largo de un día de 24 horas, no tiene efecto alguno; al fin y al cabo por la tarde se encenderán las luces una hora antes.

Por ello, el ahorro de energía en nulo, sobre todo en las grandes industrias, dónde se utiliza la luz artificial en sus instalaciones independientemente de la hora del día.

¿El cambio de horario afecta en la salud?

«Tú no lo notas pero el cambio de horario afecta a todos», agregó Martínez Berlanga.

Durante décadas los partidarios del horario de verano no sólo lo apoyaron por el ahorro de energía que supone este cambio, sino también por el estilo de vida «saludable» que este proporcionaba.

En su tiempo, estudios de Estados Unidos comprobaban que durante el horario de verano la gente reducía su tiempo frente al televisor y realizaban actividades al aire libre.

Sin embargo, en una época tecnológica y en medio de una pandemia, las cifras cambian.

Till Roenneber, cronobiólogo de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, Alemania, comentó una vez que sus estudios mostraban que los relojes bilógicos circadianos establecidos por la luz y la oscuridad, nunca se ajustarán para obtener una hora «extra» de luz en un día durante el horario de verano.

Esto debido a la consecuencia de que la mayoría de la población disminuiría drásticamente la productividad, la calidad de vida y aumentaría la susceptibilidad a una enfermad.

Martínez Berlanga clasifica esto, algo parecido a un «jet-lag».

En otras palabras, los periodos de sueño circadianos no sintonizan con los horarios de sueño reales. El cambio de luz de la mañana es diferente al de la tarde, mientras uno activa el ritmo, el otro lo demora.

¿Por qué surgió el cambio de hora?

Benjamin Franklin, político, científico e inventor fue la primera persona que sugirió el ahorro de energía lumínica, mientras desempeñaba su papel como embajador de los Estados Unidos en Francia, al darse cuenta que el sol resplandecía antes de lo acostumbrado, así la gente empezó a ahorrar el aceite de sus lámparas.

Mientras que el primer país en aprobar el cambio de hora fue Alemania, así reducían las horas de iluminación artificial y ahorraban carbón durante la Primera Guerra Mundial.

Por otro lado en 1918, una ley federal en Estados Unidos estandarizó el inicio y el fin del horario de verano, mientras que para la Segunda Guerra Mundial obligó a establecerlo como ahorro de energía para guardar recursos.

Sin embargo, el horario de verano tal y como lo conocemos no surgió hasta los años setenta con la crisis del petróleo que asoló el mundo y que llevó a gran parte de los países industrializados a tratar de luchar con todos sus medios contra aquella complicada situación energética.

Treinta años después se promulgó la ley política energética de 2005 que obliga a extender el horario de verano a partir de 2007, del primer domingo de abril al último de octubre cada año.