Monterrey, N.L. Las cartas, postales, tarjetas de cumpleaños se están extinguiendo. Las nuevas generaciones no solo no escriben cartas sino también desconocen la gran aventura de o qué se siente recibir correspondencia de las personas que están lejos y que amas.

CARTERO CARTERO LLÉVALE ESTA CARTA A LA PERSONA QUE YO MÁS QUIERO.

En la antigüedad, los carteros eran comúnmente conocidos como correos o emisarios. Eran personas que recorrían grandes distancias a caballo transportando mensajes en forma de cartas, por eso hoy 12 de noviembre reconocemos a los hombres que entregan su vida al servicio postal mexicano.

En el siglo XVIII surgió el oficio de cartero, entre la urbanización de las ciudades virreinales y la aplicación de las Reformas Borbónicas en la administración colonial.

Su origen se debe a la despreocupación de los novohispanos, quienes no recogían su correspondencia de las oficinas postales ni de los buzones. Esto motivó a las autoridades a integrar en el sistema de correos el puesto de cartero, cuyas tareas quedaron reguladas en 1762 con la “Ordenanza de Correos” y en 1794 con la “Ordenanza de Correos, Postas y demás ramos agregados a la Superintendencia General”. Desde entonces, el cartero era “el encargado de la estafeta”, el único autorizado para repartir a domicilio la correspondencia.

La importancia de garantizar la entrega directa de cartas y demás documentos de una forma sistematizada, así como la recaudación de impuestos por emplear el servicio, eliminaron los problemas de descuidos y olvidos.

El cartero se presentaba en la oficina de correos, recolectaba la correspondencia y la llevaba hasta la puerta de sus destinatarios, pero a cambio debía cobrar la renta correspondiente, señalada en la envoltura por el administrador de Estafeta. El pago de dicho impuesto no era cosa menor, pues de esta forma se financiaba su sueldo y se contribuía con las rentas del Estado.

Cada vez la tecnología va desplazando poco a poco la combinación entre el papel y la pluma, la tarea de un cartero no es tarea fácil implica levantarse temprano, acudir a la oficina, apertura la correspondencia, sacarla, clasificarla, sellarla, distribuirla, compaginar y finalmente salir a entregar todo esto con la finalidad de entregarla a su destinatario.

En esta pandemia no solo hay que garantizar que la correspondencia llegue sino también debe hacerlo sin el virus.

Jesús Eduardo González Nava, reconoce ser cartero es una satisfacción, debido a que aún existen personas que utilizan una carta para comunicarse, y la pandemia no le preocupa, siempre y cuando se cumpla la misión.

La emergencia sanitaria ha sido todo un reto, pero con todo y eso no han dejado de trabajar un sólo día para llevar sonrisas a quienes aún reciben una postal o los que simplemente esperan su recibo de teléfono.

“Llevo 13 años de servicio, ya me aprendí los códigos postales, los identifico por la colonia, para muchos las cartas son la cosa de antes, pero aún hay personas que no nada mas esperan el recibo de los servicios, también una carta de algún ser querido» señalo González Nava.

Jesús recorre todos los días por las colonias de Guadalupe entregando la correspondencia, mas allá de hacer su trabajo le hace feliz ver a la gente sonreír por la carta que envió ese ser querido.

«Se da muy poco que no llegue mas que el recibo del teleéfono pero en las personas se nota cuando es algo especial»

El trabajador de «Correos de México» tiene la vocación de serlo, debido a que su papá le inculcó el amor por este empleo, y él siguió sus pasos.

La tecnología no es una preocupación para Jesús, un cartero siempre será un cartero y no pierde la fe que pronto regresará la gente a enviar cartas.

El consejo que les daría a los jóvenes es que no dejen que este gran detalle pase de moda, no es necesario tener mucho dinero ni un equipo tecnológico, este gran detalle lo envías con muy pocos pesos y con la certeza de que llegará al destino que deseas.

¡Feliz Día del Cartero!