Mayra Ramírez, una joven de 28 años, ingresó al hospital a finales de abril por síntomas de Covid-19 y tras pasar más de 40 días conectada a un respirador, logró despertar. 

Cuando despertó no entendía muy bien que había pasado, estaba en una cama de un hospital de Chicago, conectada a decenas de cables, aparatos y monitores, una escena similar al último recuerdo que tenía, cuando fue ingresada con lo síntomas inequívocos de Covid-19 a finales de abril. 

Al paso de los días descubrió unas cicatrices en su cuerpo que le mostraban que había sido sometida a un trasplante de pulmones y que se había convertido en la primer paciente con Covid-19 de Estados Unidos en recibirlo.

Los médicos a cargo del caso señalan que aunque al momento de su ingreso la joven no tenía ninguna enfermedad conocida, su estado de salud se agravó tanto que llamaron a sus familiares para que se despidieran de ella.

Sin embargo, de último minuto, los médicos decidieron probar una técnica que, hasta donde se conoce, no se había practicado antes con un paciente con coronavirus en el país.

La joven originaria de Carolina de Norte se había mudado en 2014 a Chicago, donde comenzó a trabajar como asistente legal. Siempre mantuvo una vida saludable y hacía ejercicio.

Cuando inició la pandemia ella tomó todas las precauciones para trabajar vía remota y no salir de casa.

Sin embargo, en abril comenzó a sentirse inusualmente mal. Se sentía cansada, le faltaba el aire y perdió el olfato y el sabor. 

“El 26 de abril ya no pude soportar más y fui a emergencias. Tomaron mis signos vitales y mi oxígeno en sangre estaba muy bajo. A los 10 minutos ya me estaban pidiendo que designara a alguien para que pudiera tomar decisiones médicas por mí”, relató en entrevista para la BBC. 

La joven fue sedada y conectada casi inmediatamente a un respirador y a una máquina ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), un dispositivo que brinda soporte cardíaco y respiratorio.

No obstante, tras mes y medio de estar conectada a un respirador y ver que su condición no mejoraba, los médicos tomaron como último recurso someterla a un trasplante doble de pulmón.

Era un procedimiento que se había probado antes en países como Austria y China para pacientes de coronavirus, pero no existía referencia hasta ese momento de otro caso similar en Estados Unidos.

Por fortuna inmediatamente después del trasplante su corazón comenzó a bombear sangre de forma correcta a todos los demás órganos y cuatro semanas después fue dada de alta. 

Según un comunicado del hospital, el caso de Ramírez y de otro hombre sometido poco tiempo después a una intervención similar muestran que los trasplantes dobles de pulmón pueden ser también una opción para casos críticos de coronavirus.

Mayra asegura que tras la operación el proceso de la recuperación ha sido largo, porque no solo ha tenido que aprender a respirar sino también a caminar. Además de lidiar con las profundas cicatrices emocionales y psicológicas que los últimos meses han dejado en su vida.